En los editoriales anteriores, destacamos las opiniones de dos personajes diferentes, pero con un punto en común: ninguno de los dos procedía del sector turístico profesional. Sin embargo los dos expresan opiniones que surgen de sus experiencias como viajeros.
A lo largo de nuestra carrera en el Turismo, nada nos ha enriquecido tanto como las experiencias recibidas, precisamente, de los viajeros. Si algo nos confirma la vigencia del turismo es el recuerdo de tantos rostros demostrando ansiedad, alegría, ambición o frustración, aún en los casos más extremos, como podría ser la enfermedad de un ser querido, que entorpecía un viaje previsto.
Quizás no sea “correcto” escribir esto último, pero no estamos refiriéndonos a un solo caso.El comprobar como los pequeños detalles, buenos o malos, influyen en el recuerdo del viajero, más allá de la globalidad del servicio ofrecido, es algo que todos experimentamos.
Son muchos las empresas que le prestan gran atención a los formularios de “Comentarios del Pasajero” y algunas los estimulan con puntos de sus planes de fidelización. Un hotelero nos comentó “los comentarios de los viajeros son la forma mejor y más barata de un control de calidad.”
Hace unos días un viajero frecuente nos comentó las razones de su lealtad a una determinada líneas aérea ”la simpatía conque la tripulación hacía los anuncios al pasaje y el cuidado del detalle con que ofrecían el servicio de bebidas." Es muy importante estar atentos a estos mensajes, tratar de entenderlos y sacar conclusiones. Son verdaderas lecciones de turismo.
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