Eso nos obliga a publicar noticias sobre las que preferiríamos no informar, pero grande es el placer que nos produce comunicar los buenos sucesos que también ocurren, aunque no ocupen los titulares de la prensa.
El pasado domingo en Cartagena, Colombia, se hizo realidad el fin del aislamiento de Honduras en la comunidad continental.“El momento simbólico ocurrió en Cartagena, justo cuando los medios registraron el apretón de manos que se dieron el actual mandatario de la nación centroamericana, Porfirio Lobo, y su predecesor en el cargo, el derrocado Manuel Zelaya.” (El Tiempo, Bogotá)
Si el fin de esta situaciones que a nadie conviene, lo debemos recibir con gran alegría, no menos podemos decir del hecho que los artífices de la negociación hayan sido los cancilleres María Ángela Holguín y Nicolás Maduro, de Colombia y Venezuela respectivamente, siguiendo lo acordado por los Presidentes de ambos países.Para quienes desde el sur del sur, nos preocupaban diariamente los enfrentamientos entre Colombia y Venezuela, esta otra parte de la noticia es por demás reconfortante.
Es también ejemplar. Entre los países de América Latina han existido y existen diferencias que alejan a sus gobiernos, ante la indiferencia de los hermanos de la llamada “Patria Grande”. Debido a éstas, se crean conflictos, se separan pueblos que se consideran hermanos y no pocas veces los viajes y el turismo son “víctimas colaterales” de estos diferendos.Así como admiramos como se reconstruyeron las actuales relaciones entre Alemania y Francia, después de tantas tragedias, nos gustaría que algún día el mundo encontrara entre esos ejemplos el que hoy protagonizaron Colombia y Venezuela, en nuestra América.
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