Al parecer todos se han quedado en casa, sin conocer ese maravilloso y exótico destino y sin el dinero que habían pagado por él. Por este hecho La Federación Española de Agencias de Viajes informaba ayer del riesgo que entraña la proliferación de nuevos intermediarios turísticos 'online', que no ofrecen la "seguridad y la confianza" de las agencias tradicionales y "pueden acabar perjudicando los intereses de los clientes".

Rafael Gallego, presidente de la Federación, advirtió además: "en los viajes no existen las gangas… Cualquier precio demasiado bajo ha de ser cotejado en otras agencias para comprobar que el billete es real. Los precios entre diferentes agencias no suelen variar mucho."

Es una historia más. Pero no es éste el primero ni el último caso, ya que inducir al engaño en Internet es muy fácil. Cuántas veces no hemos entrado a sitios equivocados, pues pese a tener aparentemente el mismo nombre, una letra doble, un guión o lo que sigue después del punto (com, net o tantas otras variantes) inducen a uno al error.

El viajero que dispone del tiempo necesario para organizar su viaje en la Web, además de obtener alguna ventaja, siente un verdadero placer en hacerlo y comprobar cuan listo es. De una forma u otra, nos pasa a muchos.

Lo que no siempre se entiende es cómo las Agencias de Viajes físicas, no sacan mayor provecho de esa ventaja de ser reconocidas por las autoridades, y ser fácil y personalmente accesibles y localizables, más que muchas agencias on-line con sede en Bangladesh o Togo, dicho esto con todo respeto.

Si los faros u otras señales saben guiar a los navegantes, muchos opinan que no hay nada mejor que transitar por mares y costas conocidas.

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