No son  Hoteles construidos en un arbol, en el hielo, con forma de paleta de tenis ni en una antigua cárcel. No son  5, 6 y 7 estrellas, ni 5 estrellas Palace, ni 5 GT. Poco importan las amenities, la pantalla plana y el último modelo de inodoro japonés.

Son simplemente tres estrellas y para muchos viajeros son la “casa fuera de la casa”, un lugar donde el personal es amistoso y confiable. “Nunca ví en un gran hotel que el personal salga a despedir a unos viajeros como si fueran familiares” dice un viejo hotelero de Carlos Paz. Es cierto, y a cosas como estas deben su prestigio los mismos. Sin embargo, por lo común es poco el espacio que ocupan estos establecimientos en la prensa, especializada o no.

Generalmente sus propietarios y gerentes, son gente muy experimentada, que sigue tradiciones familiares, que basan su comercialización en el “boca a boca”, en los Tour Operadores y ahora en las Agencias On Line. En entornos favorables obtienen muy buenos resultados de la explotación hotelera.

Al entrar las grandes corporaciones de la Industria en nuevos segmentos del mercado, parece necesario para que estos hoteles mantengan su actual vigencia encarar la tan nombrada innovación, por lo que se impone para muchos de estos establecimientos renovaciones paulatinas que tiendan a la actualización de su equipamiento, una decoración atractiva, integración a distintos grupos y asociaciones de establecimientos de similares características, y mayor difusión y marketing.  

Portal de América