En el sector turístico explican las cifras por una combinación de incertidumbre económica y de menor capacidad de gasto por parte de los visitantes. Además, señalan como un determinante que en medio de la sucesión de feriados se coló el Día del Padre, una fecha que las familias prefieren celebrar sin alejarse demasiado de sus íntimos.
Con campera acorde para afrontar temperaturas de no más de 10 grados, los turistas disfrutaron de un cielo casi despejado. Recién el domingo después del mediodía se complicó con una brisa que congelaba.
El viernes pasado se notaron los primeros ingresos importantes y a partir del sábado en bares y restaurantes se empezaron a ver los resultados: hubo demanda, pero sin necesidad de esperar por una mesa.
Tuvieron mejor desempeño los destinos más pequeños de la costa. Es decir, aquellos que tienen una combinación siempre rendidora a la hora de lograr un buen nivel de ocupación: menor cantidad de plazas y clientes con un perfil económico ABC1. Cariló es un buen ejemplo. En los aparts y complejos hoteleros casi no quedaron camas disponibles. "Estuvo a pleno", confirmó la directora de Turismo de Pinamar, Gabina Cardoso.
El vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, Jesús Osorno, señaló que en Mar del Plata el fin de semana arrancó con reservas que rondaron del 60 al 70 por ciento. La mayor demanda se dio en el segmento de categorías superiores. "No está mal para la fecha y la situación general que tiene el país", dijo.
El sector trata de acomodarse al impacto de los recientes y significativos ajustes de tarifas. Hace más de un mes que advierten sobre el costo de afrontar los aumentos. Por eso, en medio del reclamo para que haya subas controladas, avalaron la incorporación del feriado del viernes en conmemoración de la muerte de Martín Miguel de Güemes y se entusiasmaron con la tentación que podría significar un fin de semana extralargo como escala previa a lo que puedan deparar las vacaciones de invierno.
Otra fue la realidad que el sector vivió en la provincia de Córdoba. Los niveles de ocupación rondaron el 75%, con picos en la capital, Villa General Belgrano y La Cumbre. A diferencia de otras oportunidades, esta vez la mayor parte del movimiento fue regional. Hubo menor presencia de turistas de Buenos Aires y de Santa Fe.
En Villa General Belgrano la ocupación fue del 90% y en La Cumbrecita, 75 por ciento. En la capital provincial y La Cumbre (Punilla) rondó el 70 por ciento. Villa Carlos Paz tuvo la mitad de sus plazas ocupadas y en Traslasierra alcanzó el 40 por ciento.
Hasta el domingo, en la provincia de Mendoza se registró una ocupación hotelera promedio del 70%, con picos de 80% en la Alta Montaña y el Valle de Uco. Se estima que durante este fin de semana pasarán unos 40.000 turistas, con un gasto promedio de 700 pesos por persona.
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