Según uno de los últimos informes de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), la conectividad entre Oriente Medio y Norteamérica es la que mejores datos registra, con cifras que superan en un 25% las de 2019. Le siguen Norteamérica-América Central (+12%) y Europa-Norteamérica (+5%).
Por su parte, hubo otros corredores que se han mantenido estables, quedando ligeramente por debajo o igualando el volumen prepandemia. Estos son Europa-Centroamérica (+1%); el de dentro de Europa (0%); Europa-Oriente Medio (-2%); Norteamérica-América del Sur (-4%); y África-Europa (-5%).
El que todavía continúa muy lastrado el tráfico interno en Asia, que, aunque se recuperó casi un 200% respecto al 2022, todavía sigue un 37% por debajo del de hace cinco años. Similar evolución muestran las conexiones entre África y Asia, entre Europa y Asia, y entre Asia y Norteamérica.
En términos generales, el tráfico internacional de pasajeros aún se quedó un 11% por debajo de los niveles precovid. Los principales motivos de esta lenta recuperación son los numerosos retos a los que se enfrentan las aerolíneas, como la escasez de mano de obra, las limitaciones de la cadena de suministro, la elevada inflación y las tensiones geopolíticas por las guerras abiertas.
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