De París a Pando. El sinuoso camino de Saint-Exupéry hasta tierras uruguayas
Domingo, 06 Mayo 2012 23:43

Pando, circa 1930. Saint Exupéry (segundo porla izquierda) y Angel Adami (extremo derecha) Pando, circa 1930. Saint Exupéry (segundo porla izquierda) y Angel Adami (extremo derecha)
Locos de la aviación emulan a pioneros de la década del 20. Un grupo de europeos de todas las edades, amantes de la aviación, quieren recorrer el año que viene las rutas sudamericanas de los pioneros franceses del correo aéreo. La línea de Aéropostale, de Brasil a Tierra del Fuego, hacía escala en Pando.
Mintur verano 1250x115
Fiexpo 2024 1250x115
Arapey 1250x115
SACRAMENTO radisson
CIFFT 1250x115
TSTT-1250x115
SACRAMENTO - proasur


por Miguel Arregui

Todos han leído u oído de El Principito, una alegoría sobre la amistad, el amor y la vida en general:

No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

Muchos han oído de su autor, Antoine de Saint-Exupéry, un aristócrata francés venido a menos que dedicó su vida a escribir y a volar, tanto que murió pilotando un avión en la Segunda Guerra Mundial, cuando tenía 44 años, no mucho después de publicar El Principito.

Algunos saben que Saint-Exupéry, un mujeriego pertinaz, vivió en Buenos Aires entre 1929 y 1931 y que en esa época voló varias veces a Uruguay.

En Uruguay por estos días tres hombres y una mujer hacen cosas de niños inspirados en Saint-Exupéry y personajes por el estilo, porque los ritos son necesarios.

EL RAID LATÉCOERE. Hervé Berardi, un francés de baja estatura y 43 años de edad, se gana la vida como piloto comercial e instructor de vuelo. Junto a otros dos franceses y una suiza alquilaron dos monomotores Cessna 172 y el martes 1º de mayo despegaron de la Escuela Militar de Aeronáutica, en las inmediaciones de Pando. Berardi y sus amigos, que integran un grupo llamado Raid Latécoère, se dieron una vuelta por Uruguay y los países del área con grandes planes: el año que viene pretenden repetir con 10 o 15 aparatos las rutas aéreas que en las décadas de 1920 y 1930, tiempos heroicos de la aviación, cubrió la Compagnie Generale Aéropostale en América del Sur.

Los cuatro adelantados del Raid Latécoère, que buscan un poco de promoción y alivianar la burocracia en las fronteras, se muestran agradecidos con la Fuerza Aérea Uruguaya, que los recibió de brazos abiertos. Terminarán su recorrida el 12 mayo, después de volar entre Montevideo, Posadas, Iguazú, Asunción, Salta, Mendoza, Córdoba, Colonia y de nuevo Montevideo.

Claro que no vuelan viejos Breguet o Laté, aparatos imprevisibles y temperamentales que escupían aceite por cada una de sus juntas, sino modernas y bien probadas cuatriplazas Cessna o Piper guiadas por GPS. Pero estos aviadores se muestran casi tan entusiastas del vuelo como los pioneros. El Raid Latécoère está formado por "todo tipo de gente, explica Berardi: mujeres y hombres, pilotos y apasionados de todas las clases sociales, desde empresarios a empleados, de 21 años hasta 65 o 70 años".

Berardi y los suyos vuelan desde 2007 entre Lézignan-Corbières, en el sur de Francia, y Dakar, en Senegal, siguiendo la ruta de los pioneros de Latécoère y la Compagnie Generale Aéropostale. Recorren 10.000 kilómetros en 18 días y de paso recaudan fondos que donan para la escolarización de niños africanos. Y ahora preparan para 2013 el vuelo entre Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay y eventualmente Chile.

Se inspiran en hechos de casi un siglo atrás. En noviembre de 1918, apenas concluida la Primera Guerra Mundial, un industrial de Toulouse llamado Pierre Georges Latécoère, quien fabricaba aviones, creó una línea de correo aéreo.

Al principio la línea sólo llegaba a España, pero en 1922 se extendía a Argelia, entonces colonia francesa, y a Casablanca, Marruecos. En 1925 arribaba regularmente a Dakar, en Senegal, otra colonia francesa, tras una larga travesía por la desértica costa africana. Más de una vez alguna tripulación accidentada fue tomada de rehén por guerreros árabes del desierto y liberada a cambio de dinero. Fue el caso del legendario Jean Mermoz en 1926, y del uruguayo Tydeo Larre Borges en 1927 (ver recuadro). Otros pilotos fueron asesinados. Desde fines de 1926 el responsable de hacer relaciones públicas con los bereberes y, eventualmente, arreglar rescates en nombre de Latécoère, fue Antoine de Saint-Exupéry, un hombre de reconocido encanto personal.

DE PARÍS A PANDO


Breguet XIV. Bombardero francés de la Primera Guerra Mundial utilizado luego para abrir rutas internacionales de correo


Desde los inicios de su aventura empresarial, el objetivo de Latécoère fue llegar con el correo hasta América del Sur. Los aviones lo cargarían hasta Dakar, cruzaría el Atlántico en barcos rápidos y, desde Natal, Brasil, se dirigiría de nuevo en avión hacia el Cono Sur americano. Pero Latécoère perdió la mayoría de su empresa postal, que en 1927 pasó a ser controlada por un banquero francés radicado en Brasil, Marcel Bouilloux-Lafont, quien la denominó Compagnie Generale Aéropostale.

La gente de Latécoère "pasó por primera vez por Uruguay en enero de 1925 en dos pequeños biplanos Breguet 14 liderados por Joseph Roig", cuenta el teniente (R) Juan Maruri (80), historiador de la aeronáutica nacional y asesor de la Fuerza Aérea Uruguaya; "exploraban la creación de una línea Natal-Río de Janeiro-Buenos Aires".

Ese trayecto regular, llamado "Línea Mermoz", se inauguró el 1º de noviembre de 1927 con escala en Montevideo. Entonces era la más larga del mundo: 13.000 kilómetros que se volaban noche y día. "Una carta de París podía llegar a Buenos Aires en ocho días y medio, cuando sólo por barco el plazo era de dos semanas", se sintetiza en Grandes épocas de la aviación, una serie de libros de Time-Life.

Los franceses hacían escala en el aeródromo de Melilla, creado en 1920 por iniciativa, entre otros, del periodista Ángel Adami (1879-1945), pionero de la aviación civil en Uruguay y responsable de la apertura de varios aeródromos. Desde 1946 el viejo campo de aviación de Melilla lleva su nombre.

"Luego Aéropostale adquirió un campo de 124 hectáreas cerca de Pando que le sirvió de aeropuerto", precisa Juan Maruri, quien ha publicado más de una docena de libros sobre aeronáutica. Se construyó una casilla para el telegrafista y un hangar traído en partes desde Francia. Jean Mermoz, el piloto estrella, aterrizó en Pando por primera vez en agosto de 1928.

El aeródromo de Pando, el mismo del que el martes pasado despegaron Hervé Berardi y sus compañeros del Raid Latécoère, fue la génesis del actual Aeródromo Militar José Artigas, ubicado junto a la Escuela Militar de Aeronáutica. El viejo hangar francés, reacondicionado, ahora sirve de gimnasio.

Antoine de Saint-Exupéry se instaló en Buenos Aires como representante de Aéropostale en octubre de 1929, desde donde volaría a Pando en varias ocasiones. Su crónica novelada Vuelo nocturno (1931) se basa en sus experiencias en Argentina. La línea se extendió hasta Paraguay, Santiago de Chile y Tierra del Fuego, en el extremo sur del continente.

Por entonces la Aéropostale utilizaba aviones Laté (fabricados por Latécoère) 25, 26 y luego 28, más modernos y confiables que los viejos Breguet.

Mermoz y dos compañeros cruzaron el Atlántico entre Dakar y Natal el 12 de mayo de 1930 en un hidroavión Latécoère. En la era del e-mail, barato e instantáneo, parece risible que se realizaran tantos esfuerzos para transportar correo.

FIN Y PRINCIPIO. La Gran Depresión internacional iniciada en 1929 fue impiadosa con la Aéropostale, como con tantas otras cosas. La compañía quebró en 1931, cuando contaba con unos 1.500 empleados y más de 200 aviones, aunque continuó operando asistida con dineros públicos, lo que dio lugar a un escándalo. En 1933 se integró con otras cinco compañías para crear Air France, la línea nacional francesa. Entonces debía competir en América del Sur con rivales abrumadores: la Pan American, creada en 1927 por el pionero estadounidense Juan Trippe, y una constelación de líneas controladas por la estatal alemana Luft Hansa Aktiengesellschaft.

Los vuelos de la Aéropostale-Air France entre Brasil y Buenos Aires se tornaron directos, salvo alguna escala en Durazno. El aeródromo de Pando se transformó en la Escuela Militar de Aeronáutica a fines de 1937.

Mermoz desapareció en el océano Atlántico el 7 de diciembre de 1936 mientras volaban con correo rumbo a Natal, Brasil, en un hidroavión cuatrimotor Latécoère 300 llamado Croix du Sud.

La historia del correo postal francés en América del Sur y de sus pioneros acabó en 1939, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. El peregrinaje el año que viene de los pilotos del Raid Latécoère, si es que se hace, será un paseo nostálgico tres cuartos de siglo después. O puede ser una nueva forma de principio, una nueva pequeña historia, según las palabras que el empresario Pierre Georges Latécoère dirigió apenas terminada la Primera Guerra Mundial a los pilotos militares desocupados y escépticos: "Tal vez ustedes crean que la aviación se ha terminado; yo creo que empieza".
Tydeo Larre Borges, Charles Lindbergh y otros aventureros

El sanducero Tydeo Larre Borges (1893-1984), un oficial del Ejército uruguayo formado en Francia y pionero de la aeronáutica militar, trató de cruzar el océano Atlántico en avión por primera vez en 1927. Financiado por un comité nacional, adquirió en Italia un hidroavión Dornier Wal, lo denominó Uruguay y partió rumbo a América del Sur junto a tres militares compatriotas: su hermano Glauco, José Luis Ibarra y José Rígoli. En marzo de 1927 debieron amerizar cerca de la costa del Sahara español. Guerreros árabes los mantuvieron en cautiverio durante ocho días, hasta que el gobierno español pagó por la liberación. Dos pilotos de la Latécoère francesa, Leon Antoine y Marcel Reine, actuaron como intermediarios y rescataron a los cuatro uruguayos.

En 1922 dos portugueses atravesaron el Atlántico Sur, de Portugal a Brasil, de isla en isla, incluidos dos cambios de avión, en 79 días. Entre el 22 de enero y el 10 de febrero de 1926 el español Ramón Franco -hermano de Francisco, quien sería dictador de España entre 1936 y 1975- junto a otros 3 pilotos voló en un hidroavión Dornier Wal llamado Plus Ultra entre Palos de la Frontera y Buenos Aires, con muchas escalas, incluso en Montevideo.

El estadounidense Charles Lindbergh, quien fue piloto de correo aéreo, voló solo y sin escalas entre Nueva York y París el 20-21 de mayo de 1927, en 33 horas y media. Ya en 1919 el Atlántico Norte había sido atravesado en un biplano bimotor sin escalas pero con dos tripulantes. Lindbergh utilizó un pequeño avión monomotor, el Spirit of St. Louis.

Tydeo Larre Borges insistió y obtuvo el patrocinio de Lorraine, fabricante francés de motores de aviación. Entre el 15 y el 17 de diciembre de 1929, junto al militar francés León Challe, atravesó el Atlántico entre Sevilla, España, y Natal, Brasil. Debieron realizar un aterrizaje de emergencia en su monomotor Breguet 19. Larre Borges y Challe, que resultó herido, llegaron por fin al aeródromo de Pando en un avión pilotado por Jean Mermoz, de la Aéropostale. Fueron recibidos por una multitud y el presidente Juan Campisteguy. El aeropuerto de Paysandú lleva el nombre de Larre Borges, el primer piloto sudamericano en atravesar el Atlántico, al igual que un equipo de basquetbol de Montevideo.

El País Digital

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.