La aviación civil le molesta a todos los gobernantes uruguayos salvo cuando deben viajar ellos, ahí les gusta.
Como les molesta, cerraron Pluna hace once años por supuestas maniobras que hasta el día de hoy no fueron comprobadas porque sencillamente eran mentiras, no hubo ni vaciamiento ni estafa. Pero Campiani y sus socios estuvieron presos por ello, y todos los uruguayos nos quedamos sin una aerolínea de referencia y bastante caro que nos está costando, sobremanera a quienes hacen turismo receptivo. José Mujica por su deseo de favorecer a López Mena y el por entonces senador Carlos Moreira, hoy Intendente de Colonia, junto a los ministros de entonces Fernando Lorenzo y Enrique Pintado, son los responsables históricos de la herejía de cerrar Pluna. Algún día se expedirá la justicia.
La aviación civil es ignorada por los gobernantes uruguayos de todos los partidos que estuvieron en el gobierno porque desoyen el mandato de la OACI y no reinvierten lo que produce la propia aviación civil en ella misma. No solo no reinvierten, sino que le toman el pelo a la DINACIA asignándole poco más de un 6% de lo recaudado para su presupuesto. Y claro, ni Mandrake puede hacer funcionar a la DINACIA con eso.
La aviación civil es ignorada por los gobernantes porque a pesar de la gran inversión de los concesionarios de las terminales aéreas en todo lo que les compete y a la gran apuesta que hacen con el SINAI, Sistema Nacional de Aeropuertos Internacionales que agrega a nuestro territorio seis nuevos aeropuertos modernos, seguimos teniendo a Carrasco con rango de aeropuerto de categoría inferior que debe hacer alternar a las aeronaves cada vez más veces durante el año por condiciones climáticas adversas, por la simple y sencilla razón de que el Estado, a pesar de continuas promesas, no ha colocado el sistema ILS categoría 3 imprescindible.
Todos nos enojamos con los sindicatos cuando paran en temporada alta de turismo. Nosotros ratificamos nuestra idea de que los servicios mencionados deben ser esenciales.
Pero para que ello ocurra y no pase lo que está pasando ahora, el Estado debe estructurar los servicios con profesionales remunerados y considerados de modo similar a los del primer mundo.
Si de verdad queremos presumir en el exterior que somos un país serio, diferente, con garantías, debemos avanzar de modo exponencial hacia la instalación de la infraestructura acorde.
Si nuestros gobernantes no entienden eso, deberían dejar de mentir cuando afirman que el turismo es importante para la economía del país.
Alguna vez, algún gobierno, debería tomar en serio a nuestra actividad e invertir para que sea lo que debe ser y no lo que ellos dicen que es.
Nos da vergüenza nuestra aviación civil. El ministerio de Víctor Rossi sobre el final de la anterior administración, la del segundo gobierno de Tabaré Vázquez, pagó una consultoría a OACI y la Organización de Aviación Civil Internacional elaboró un plan maestro que está en poder de las autoridades del Ministerio de Transporte. En el mismo aconsejaba la total reestructuración de la aviación civil y la división de competencias entre el Ministerio de Transporte y el de Defensa.
¿Alguien en estos días ha escuchado que se mencione a José Luis Falero, el titular de Transporte?, seguramente que no, ya que es apenas el ministro de Obras Públicas. La palabra transporte no existe en su léxico y si a ella se le agrega la palabra aéreo, pasa a constituirse para él, en chino básico.
Si este jueves los tres gremios en conflicto aplican las medidas anunciadas, el caos será manifiesto. Pero si alguien saca las castañas del fuego meramente "para zafar", se levantan las medidas y de inmediato no se empieza a andar el camino necesario, dejaríamos de ser de cuarta en materia aeronáutica, retrocederíamos otro casillero.
Portal de América - por Sergio Antonio Herrera