por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

En la ocasión estuvo presente el Embajador Daniel Filmus, Secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los Espacios Marítimos Circundantes del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina. El motivo fundamental fue mostrar una Latinoamérica unida al estar próximo a cumplirse los 50 años de la Resolución 2065 adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1965.

La misma, que ha sido renovada por sucesivas resoluciones (más de 40) de la Asamblea General y del Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas, reconoció formalmente la existencia de una disputa de soberanía sobre este territorio de 1,7 millones de Km2, muy rico en recursos naturales y geopolíticamente estratégico por ser un enclave en la ruta al Pacífico, el Indico y la Antártida.

Hasta el momento, nada se ha avanzado en la discusión, fundamentalmente por la negativa del Reino Unido. En lugar de negociar, ha montado en las Malvinas la base militar más importante del mundo al sur del paralelo 40º sur, con un gran poder ofensivo. Ahora se aprestan a comenzar a explotar los recursos naturales de la región, ubicada en la plataforma continental argentina, volviendo a reiterar un colonialismo extractivo que hace más de un siglo fue condenado por los movimientos libertadores de los países del Atlántico Sur.

El apoyo de la comunidad internacional el reclamo de la República Argentina sobre la soberanía de las islas ha sido manifestado en innumerables ocasiones por Naciones Unidas, la OEA (Organización de Estados Americanos), el MERCOSUR (Mercado Común del Sur), la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), SICA (Sistema dde Integración Centroamericano), CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, entre los que hay varios pertenecientes a la Commonwealth), la ALADI y el Grupo de los 77.

Este conflicto territorial va a contramano de lo que ha sucedido con otros de la región, como la zona del Canal de Panamá que ya pasó a manos de ese país centroamericano y el distanciamiento entre Cuba y EEUU que está en vías de resolverse aceleradamente.

En el mundo quedan sólo 17 conflictos de colonialismo, de los cuales 10 están vinculados al Reino Unido. Lo deleznable de la situación, es que mientras que a los países menos poderosos que no cumplieron las resoluciones de la ONU fueron severamente castigados, el Reino Unido, tras 50 años de ignorar las resoluciones para solucionar este diferendo, sigue impertérrito y ahondando la brecha.

Hoy, en la ALADI, los Representantes se han manifestado que consideran peligroso y desestabilizante para América Latina que una potencia extranjera, contra todas las resoluciones de la comunidad internacional, esté ocupando parte de su territorio y explotando sus recursos en desmedro de sus legítimos propietarios. El no acatamiento por parte del Reino Unido a dichas resoluciones, hace que los países emergentes, los más pequeños y menos favorecidos, estén sufriendo la desgobernanza del orden global e implica la inequidad de que la balanza se incline hacia los países más poderosos.

La historia que no cuenta el Reino Unido

En la época colonial, las Malvinas estaban bajo el dominio español y eran usadas para albergar los prisioneros tomados de los grupos insurrectos que no eran ejecutados. Así lo muestran algunos documentos, como la inscripción en una placa ubicada en la plaza principal de La Paz, Bolivia, donde se detalla la suerte de los insurrectos en 1809 al mando de Murillo.

Una carta de San Martín al Gobierno de Buenos Aires, datada en 1816, en la que solicita tropas para su gesta, ante la renuencia de los políticos aclara que se conforma con que le envíen aquellos "retenidos" en las Islas Malvinas.

El 3 de enero de 1833, el Reino Unido, en una operación armada, usurpó las islas. Rápidamente, la población original fue sustituida por colonos originarios del país invasor. Esto hace que ante las definiciones internacionales de lo que es colonialismo, se deba considerar totalmente improcedente y objetable una pretendida autodeterminación.

A partir de ese momento, han ignorado el derecho de soberanía argentino, aprestándose a explotar los recursos naturales ubicados en la plataforma continental argentina, con un peligroso agravante. En el 2040 se volverá a discutir el tratado Antártico. ¿Qué garantías da un país que desconoce las resoluciones de todos los organismos internacionales y que monta una base militar de gran poder ofensivo en las cercanías de este continente?

Ninguna.  Y nadie puede hacerse el desentendido, pues los movimientos de rechazo a todas las formas de colonialismo, discriminación y sometimiento de los pueblos van ganando espacios y fuerza en todo el mundo...hasta en el Reino Unido.

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