Precisiones en torno a la conceptualización del turismo y la veracidad de los reportes estadísticos

por Miguel Ángel Acerenza, desde Ciudad de México

Dado el carácter complejo del turismo, el cual tiene implicaciones en varios sectores y actividades en el desarrollo económico y social de la sociedad, existen diferentes conceptualizaciones del mismo en función de la visualización particular que tienen las distintas disciplinas en las cuales es objeto de estudio, o bien, por los conceptos que tienen del mismo algunos sectores involucrados en su desarrollo.

No hay dudas de que dichos estudios y conceptos han permitido conocer importantes aspectos particulares de la actividad, pero debe decirse que los mismos no dan respuesta a dos grandes interrogantes, a saber: ¿Qué significa el turismo para la sociedad?, y  ¿Cómo contribuye este a su bienestar? Por lo que a continuación trataremos de dar respuesta a estas interrogantes conceptualizando el turismo desde el punto de vista científico, y externar nuestra opinión sobre la falta de veracidad de los reportes estadísticos que se brindan sobre el movimiento de turistas, tanto a nivel nacional como internacional.

CONCEPTUALIZACIÓN DEL TURISMO

Los detallados estudios científicos disponibles sobre el turismo han permitido saber que el turismo como actividad es en realidad “Una manifestación de la conducta social que tiene lugar en el tiempo libre y, como tal, forma parte de las denominadas actividades del ocio”

Aunque en artículos anteriores nos hemos ocupado, tanto del tiempo libre como del ocio, consideramos oportuno recordar, una vez más, lo que reconocidas autoridades en dichos campos de estudio  manifiestan al respecto.

Según F. Munné, el tiempo social de que disponen las personas está compuesto  por 4 (cuatro) tipos de tiempos diferentes, a saber: el tiempo psicobiológico (también llamado tiempo de vida o tiempo vital), ocupado por las necesidades psíquicas y biológicas (incluida en este tiempo la atención médica y la cura de enfermedades); tiempo socioeconómico (o de trabajo), empleado para las actividades relacionadas con el sustento económico (en otras palabras, para ganarse la vida); el tiempo sociocultural, requerido para la atención de las obligaciones familiares y sociales; y finalmente, el tiempo libre, que es el dedicado a aquellas actividades que tiende a satisfacer  las necesidades “auto-creadas” por las propias personas. (1)

En lo que respecta al ocio recordaremos que J. Dumazedier, reconocida autoridad en el tema, define funcionalmente  al ocio de la siguiente manera: “El ocio es un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede entregarse con pleno consentimiento, ya sea para descansar o para convertirse, o para desarrollar su información o su formación desinteresada, su voluntaria participación social o su capacidad creadora, cuando se ha liberado de (todas) sus obligaciones profesionales, familiares y sociales”. (2)

Sobre el particular diremos que las ocupaciones a las que hace referencia Dumazedier en su definición del ocio, han sido clasificadas por los sociólogos N. Elias y E. Dunning en lo que ellos mismos denominaron El espectro del Tiempo Libre”, e incluyen en dicha clasificación a las actividades que consideran “de agradable índole desrutinizadora y con frecuencia multifuncionales”, mencionando entre ellas el viajar en vacaciones, tomar sol, o paseando, por cuanto las mismas  se caracterizan precisamente por ser actividades turísticas y recreativas a la vez. (3)

Finalmente quisiéramos recordar también que la psicología ha contribuido enormemente al conocimiento del turismo al dar respuesta a otra de las grandes interrogantes que era ¿el por qué viaja la gente por razones distintas a la de los viajes de negociosos, o por motivos no relacionados con aspectos culturales, el descanso, el placer, o la recreación, propios de los viaje vacacionales?  Respuesta a la cual los psicólogos E.J. Mayo y L.P. Jarvis dan ampliamente explicación en su obra  titulada  La “Psicología de los viajes de Placer”. (4) Obra de consulta obligada por todos aquellos que están directamente involucrados en la Promoción y el Marketing de la oferta turística de los países y, en general, de quienes se interesan en el tema, por cuanto precisa los principales motivos de viaje de las personas que viajan con fines turísticos.

Como se habrá podido observar en este breve recordatorio, los estudios científicos sobre el turismo muestran que este en realidad es una manifestación de la conducta social  que tiene lugar en el tiempo libre de las personas y, que como tal, forma parte de las denominadas actividades del ocio.   

Precisando más al respecto aclaramos que, cuando las conductas individuales en un conjunto de personas se interfieren e influyen, estas se convierten en una conducta colectiva.  Concretamente,  en la manifestación de la conducta social a la cual se hace referencia en el párrafo anterior.

En cuento a la significación del turismo para la sociedad, diremos que el turismo le permite a esta el uso y disfrute del tiempo libre al cual tiene legítimo derecho, una vez que ha satisfecho sus necesidades mínimas de subsistencia  y alcanzado buenas condiciones de alimentación, salud, vivienda y educación.   Mejorando por tanto la calidad de vida de la población, y con ello su nivel de bienestar.

VERACIDAD DE LOS REPORTES ESTADÍSTICOS

De acuerdo a lo expuesto anteriormente entonces, todo lo cual se fundamenta en los estudios científicos disponibles en torno al turismo, no pueden considerarse como turistas a quienes viajan por motivos de negocios, razones profesionales, asistencia médica y cura de enfermedades u otras razones particulares, actividades todas estas que no tienen lugar en el tiempo libre, ni forman parte de las actividades del ocio, puesto que a pesar de los amplios estudios  existentes sobre el mismo,  en ningún caso  se menciona que las mismas formen parte de dichas actividades.  

Ahora bien, no hay dudas de que los visitantes que llegan a un país lo hacen por diferentes motivos, algunos de los cuales pueden ser los mencionados, por lo que no todos pueden  ser catalogados como turistas, como lo reportan muchos Organismos Nacionales de Turismo miembros de la Organización Mundial del Turismo.  En nuestra opinión, ello no solo demuestra  falta de conocimiento sobre el turismo, sino también, y tal vez lo más importante, revela que no se cumple con las directrices establecidas en las “Recomendaciones de las  Naciones Unidas para las estadísticas de turismo” que en su Capítulo 2, a la letra dice: “El motivo principal de un viaje se define como el motivo sin el cual el viaje no habría tenido lugar, y determina si este puede considerarse un viaje turístico o no”.

Mencionamos el incumplimiento de las referidas recomendaciones porque en el Articulo 5 del Acuerdo firmado por las Naciones Unidas y la Organización Mundial de Turismo, aprobado por la Asamblea General de la ONU  el 23 de diciembre de 2003, que trata precisamente de las Recomendaciones de las Naciones Unidas, la OMT declara que:  “… En virtud que las Naciones Unidas puede hacer recomendaciones para coordinar las políticas y actividades de los Organismos Especializados (cabe recordar que la OMT es reconocido por la ONU como Organismo Especializado en Turismo), conviene en tomar las disposiciones necesarias para someter a la brevedad posible, a aquel de sus órganos que corresponda, las recomendaciones oficiales que le formulen las Naciones Unidas”.   

Es evidente entonces que los Organismos Nacionales de Turismo, que son miembros integrales de la referida Organización Mundial, no cumplen con lo que dicha Organización acordó en el referido Acuerdo con las Naciones Unidas, y continúan reportando como turistas a todos los visitantes que llegan a sus países sin considerar el motivo principal del viaje de los mismos.

El resultado de este incumplimiento es que el número de turistas que  reportan estos Organismos de Turismo no corresponde al volumen real del turismo que reciben,  distorsionando con ello el número total de turistas que se mueven a nivel mundial, porque dichos reportes son enviados a la OMT y esta los compila y publica anualmente en su Barómetro del turismo mundial bajo el título de Llegadas de turistas Internacionales, haciendo publica así una información incorrecta sobre el número real de turistas que se mueven en el Mundo.   Información carente de veracidad por cuanto esas llegadas corresponden  en realidad al total de personas que viajan a nivel internacional por diversos motivos, y no al número de turistas.

COMENTARIO FINAL

Como se habrá podido observar existe una discrepancia conceptual apreciable sobre los motivos de viajes de las personas, entre lo que dicen los estudios científicos del turismo y lo que consideran al respecto la OMT al informar sobre el movimiento de turistas a nivel internacional.

Prueba de ello es lo expuesto anteriormente,  donde se puede apreciar que  los estudios científicos del turismo dicen claramente que   quienes viajan por motivos de negocios no pueden ser considerados turistas, puesto que dichos viajes no tienen lugar en el tiempo libre ni forman parte de las actividades del ocio.

No obstante debe decirse que la OMT, en su publicación titulada Entender el turismo: Glosario Básico, menciona que: “El turismo es un fenómeno social, cultural y económico relacionado con el movimiento de las personas a lugares que se encuentran fuera de su residencia habitual por motivos personales o de negocios/profesionales”, y aclara que “Estas personas se denominan visitantes (que pueden ser turistas o excursionistas; residentes o no residentes) y el turismo tiene que ver con sus actividades”

Y si quedara alguna duda al respecto,  en la misma publicación define también al visitante de negocios, y lo hace de la siguiente manera: “Un visitante de negocios es un visitante para el que los negocios y motivos profesionales, son el motivo principal de un viaje turístico”.  Definición que, se puede ver, no tiene una relación lógica en su contenido, puesto que el motivo principal de un visitante que viaja a un país por negocios no es para la práctica de actividades turísticas o recreacionales, sino el cumplir con los requisitos de su trabajo. No puede por tanto ser considerado un turista, como lo dice la Organización Mundial del Turismo en la citada publicación.

Pensamos que no se trata de un error, sino que es una clara evidencia del desconocimiento que tienen, tanto la OMT, como los Organismos Nacionales de Turismo que forman parte integral de su organización, sobre el turismo.  Desconocimiento que, desde nuestro punto de vista, es inadmisible  en una entidad a la cual se le ha conferido el Estatuto de Organismo Especializado de las Naciones Unidas.

Consideramos por tanto que la información que publica la Organización Mundial del Turismo en su Barómetro del Turismo Mundial sobre el movimiento del turismo, así como sobre la significación económica resultante de dicho movimiento turístico, no es veraz por cuanto corresponde en realidad al conjunto total de todos los  viajes y turismo que tienen lugar a nivel mundial, y no al número de personas que efectivamente viajan por motivos turísticos.

Por lo que reiteramos, una vez más, que mientras que la OMT no cumpla con lo acordado con las  Naciones Unidas sobre las Recomendaciones para las Estadísticas de Turismo, que establece que el motivo principal de viaje es el que determina  si este es turístico o no, la información que publica la organización no es confiable y carecerá de validez como representativa del movimiento turístico mundial.  

Por mayor información sobre los aspectos científicos del turismo, consultar las siguientes obras:
1.  Frederic Munné, Psicosociología del tiempo libre; Un enfoque crítico, Trillas, México 1980.                   
2.  Joffre Dumazedier, Sociologie empírique du loisir. Critique et contracritique de la civilisatión du loisir,   Du Seuil, París 1974                                                                                                                                                       
3.   Norbert Elias y Eric Dunning, Deporte  y ocio en el proceso de la civilización, Fondo de Cultura Económica, México 1995                                                                                                                                            
4. Edward J. Mayo y Larvis P. Lance, The Psychology of Leisure Travel, CBI, Boston 1981

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