por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo
Lo ideal es que esta condición se cumpla por iniciativa y convencimiento propio; eso sería lo más loable, deseable y justo, existiendo razones de sobra para fundamentarlo.
Estamos en un momento donde la inclusión plena es una realidad y todos estamos de acuerdo que se debe priorizar y garantizar el acceso a todas las personas sin excepción a las propuestas turísticas.
En los hechos también sabemos que muchas veces eso no sucede, porque a nivel de sociedad, y esto no pasa solo en Uruguay; la realidad es que todavía falta para que podamos hablar de sociedades realmente justas e inclusivas.
Siguen existiendo barreras, de diferentes tipos; que son las que exponen las dificultades que el entorno les plantea a las personas con discapacidad.
Otra motivación para llegar a que las propuestas sean accesibles, sería la normativa y legislación vigentes, que cada vez más enfocan el tema de la obligatoriedad de que todas las personas puedan acceder y ser parte de todas las propuestas.
Que una persona desconozca la existencia de estas normas y leyes, no eximen de que su incumplimiento sea una falta sancionable.
Otra más de las motivaciones para trabajar la accesibilidad sería por un tema de imagen; ya que aquellos destinos, países y organizaciones que sean realmente accesibles e inclusivas gozarán de una mejora en su reputación, por ser la accesibilidad e inclusión condiciones que se valoran.
Y por último, también es justo decir, que otra motivación más para trabajar y desarrollar el tema de la accesibilidad es la conveniencia. A los empresarios y a los destinos les conviene ser accesibles e inclusivos, porque es negocio.
No hay que tener miedo a decirlo; es negocio porque las personas con discapacidad también viajan; muchas veces lo hacen con asistentes o familiares que les acompañan; en formas desestacionalizada y/o a lugares poco masificados y además injustamente en varias oportunidades terminan pagando sobrecostos o precios más altos por sus necesidades puntuales.
Y respondiendo a la pregunta que da inicio a esta columna, sobre cómo puedo colaborar yo desde el lugar que me toca ocupar o desde el rol que me toca desempeñar, tenemos varias opciones y alternativas para estimular y fomentar el desarrollo de la accesibilidad y la inclusión en el Turismo.
Las detallo en formato lista para que sirvan de referencia:
1. Hablando del tema y ayudando a instalar el tema en la agenda social de nuestras comunidades.
2. Capacitándome para saber más sobre la temática y sobre los conceptos fundamentales que se deben manejar.
3. Difundiendo información correcta sobre la temática.
4. Difundiendo las normas y legislaciones vigentes sobre la temática, como la Ley 18.651 que es la Ley de Protección Integral de las personas con discapacidad; la norma UNIT 200 que refiere a la Accesibilidad de las personas al medio físico y que es de aplicación en Uruguay o la Norma UNE - ISO 21.902 sobre turismo accesible, entre muchas otras.
5. Ayudando a capacitar a otras personas para que pasen a formar parte de la legión de personas que puedan ayudar y colaborar.
6. Aplicando la escucha activa y preguntándole a las propias personas con discapacidad sobre sus necesidades puntuales y sobre sus opiniones acerca de lo que ya hay y de lo que todavía falta o se debe mejorar.
7. Informándoles de los derechos que tienen como personas, que aunque parezca mentira, muchas veces no los conocen.
8. Visibilizando buenas prácticas en accesibilidad e inclusión para que sirvan de ejemplos a seguir y como referencias válidas.
9. Apoyando a esos emprendimientos que sean accesibles e inclusivos.
10. Visibilizando y/o denunciando aquellas situaciones que justamente sean todo lo contrario a las buenas prácticas y que se deben mejorar o incluso eliminar.
11. Implementando pequeños cambios o realizando adaptaciones que estén a mi alcance, que muchas veces pasa por la voluntad y la motivación y no por incurrir en gastos o costos excesivos. Por ejemplo haciendo un pasillo más accesible al liberarlo de barreras que puedan dificultar la circulación de una persona con discapacidad motriz. Otro ejemplo puede ser agregando audiodescripción a un proceso o imagen que esté en un lugar determinado y que sería de dificil acceso para una persona con discapacidad visual.
12. Podemos participar de instancias e iniciativas colectivas que refieran y apoyen a la temática.
13. Podemos ayudar exigiendo el cumplimiento de las normativas vigentes.
14. Podemos inspirar a otros para que empaticen y se vinculen con la temática.
15. Podemos desarrollar o reflexionar sobre posibles soluciones que ayudarían a tener una sociedad más justa e inclusiva.
16. Podemos poner cifras sobre la temática para que las personas tomen más conciencia sobre el tema. Se habla de 1.300 millones de personas con discapacidad en el mundo; que son unas 90 millones en Latinoamérica; o más de 20 millones de personas en Argentina y Brasil que son nuestros principales socios turísticos. O si referimos al ámbito nacional, decir que el último censo del año 2023 nos dice que en Uruguay son más de 800 mil las personas que se identifican con algún tipo de discapacidad.
17. ¿Qué otras opciones se les ocurren a ustedes?
En lo personal creo que todo gesto y toda acción por mínima que sea sirven para salir de la inacción y por eso el inicio de esta columna:
“Seamos parte del cambio que queremos generar”.
Portal de América