por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo
También hay mucho de marketing y competencia entre los medios como una forma de llamar la atención y de imponer sus puntos de vista, pero lamentablemente terminan inflando la realidad y distorsionan prioridades.
Es un ejercicio válido, pero también creo que cada uno debe hacer su propia valoración y reflexión para ver cuáles de esas tendencias aplican a su realidad.
Un ejemplo: “Para el 2026 se espera un gran crecimiento del Turismo de lujo”.
- ¿Para quién?
- ¿De cuántas personas hablamos?
- ¿Para qué destinos?
- En mi casa: ¿estamos preparados para poder recibir a ese segmento de la actividad?
- ¿Tenemos las condiciones y las infraestructuras necesarias?
Sin dudas que reflexionar me servirá para ver cómo estoy parado frente a la tendencia mencionada o si solo se trata de una bomba de humo más.
Prefiero basarme en cosas más tangibles y que pueda entender, manejar y sobre todo gestionar de la mejor manera.
Por esa razón no haré un vaticinio de tendencias, en su lugar les propongo mi lista de deseos para el Turismo que viene, un listado que abarca varios aspectos que considero claves para el éxito de una actividad que es apasionante, compleja y hermosa, para la que prepararse y también soñar son aspectos esenciales.
1. Argentina no te mueras nunca. Ese es mi primer deseo y lo ratifico en que hagamos lo que hagamos, los argentinos seguirán siendo casi el 70% del total de quienes nos visitan. Eso pasa en Uruguay y también en la región, donde Argentina representa el 40% de los turistas que recibe Brasil, casi el 50% de los que recibe Chile y así podríamos seguir. Los argentinos viajan; nos eligen y hay que cuidarlos.
2. Brasil, el gigante que siempre parece estar a punto de ser más. Para Uruguay, en materia de turismo Brasil siempre es el gran podría ser, pero no. Sin dudas son nuestro segundo socio en cuanto a cantidad de turistas recibidos (en el entorno de un 15% del total), pero la realidad marca que nos eligen poco. Vamos casi la misma cantidad de uruguayos a Brasil, que los brasileños que vienen acá. La diferencia es que hay 60 brasileños por cada uruguayo y que en un entorno de vuelo no mayor a 4 horas tenemos más gente que en toda la Argentina. Sin dudas debemos analizar mejor nuestra oferta y las demandas e intereses de ese público potencial que está y que viaja.
3. Pandemias nunca más. Un deseo real es que no vuelvan a suceder situaciones anormales como la de la pandemia de Covid que literalmente sacudió la realidad del Turismo y que pegó un baño de realidad sobre las variables que no se pueden manejar, ni prever, a pesar de que tengamos todas las tecnologías y analicemos todos los datos del mundo; pero que además te sacuden toda las variables de una actividad que exige la posibilidad de viajar a otros lugares y que exige condiciones de seguridad y estabilidad que son indispensables.
4. Turismo sostenible, circular, regenerativo y la mar en coche; mucho más que palabras bonitas y políticamente correctas. Creo firmemente que se viene avanzando, pero lamentablemente más lento de lo que se necesita y por eso mi deseo genuino es el de poder asistir a cambios reales que no terminen cayendo en las denominadas prácticas de “marketing verde” o de empresas que no muestran sus cifras reales de impacto por miedo a ser escrutadas. Dejemos de tirar la pelota hacia adelante en busca de mantener una situación que sin dudas no da para más y que de esta manera estaría apostando a un golpe de magia o a avances que no tenemos hoy para abordar la necesidad real de una actividad más sostenible. Midamos, reportemos y sobre todo mejoremos.
5. Digitalización e incorporación de la IA en forma consciente y planificada para las Mypymes del sector. Las tecnologías y la IA son el hoy, y por eso debe establecerse una política a nivel nacional que implique generar condiciones de avance y mejora en lo que respecta al uso de las tecnologías. Que apuntale y sostenga a las pequeñas empresas que conforman más del 95% del entramado de la actividad turística y que por diversas razones son las que tienen más dificultades para realizar los cambios necesarios, “ya no para hoy, sino para ayer”. Quienes han leído algunas de mis columnas anteriores sobre la temática, saben que vengo pregonando el hecho de que los avances de hoy se incorporan o se padecen; y para que esto suceda debe haber una verdadera política de estado que apuntale y favorezca estos cambios de manera planificada y sostenida. La IA no suplirá a la estrategia, pero sin dudas la potenciará.
6. Turismo social como derecho humano sí, pero para muchos más que 10. Hoy hay consenso de que el Turismo debería ser un derecho humano, pero la realidad de hoy marca que es más humano para unos que para otros. Con las formas en que se mide el Turismo de hoy, si tomamos las cifras de ONU Turismo como válidas vemos que en el mundo, internacionalmente viajan 1 de cada 6 personas (en el entorno del 15%), pero la realidad es mucho más dura y ni que hablar si se desglosan esos datos por regiones o por países. En el mundo actual, son miles de millones las personas que lamentablemente no tienen ni la más mínima chance de poder acceder a este tan mentado y mencionado derecho humano.
7. Turismo más accesible, avanzando y mejorando, pero también visibilizando lo que ya hay. Como profesional que me dedico al tema de referencia, deseo sin dudas de que avancemos mucho más. Avance que debe ser planificado y digitado en base a las necesidades de las personas que queremos favorecer. Pero también creo firmemente en que hay que visibilizar lo que ya está, porque en Montevideo y en Uruguay se han hecho avances, que deben ser visibilizados, continuados y puestos en valor. La apreciación anterior la hago con la plena convicción de que falta mucho por hacer, “Sí", pero también de que hay mucho para mostrar.
8. Generación silver, nunca te olviden… Este deseo lo ratifico en que hay enormes cantidades de personas que son mayores de 55 años, que viajan, tienen tiempo y dinero para gastar, y que en los casos de las que son mayores de 65, la tecnología no es la calve fundamental para abordarlas. Si podemos estudiarlas y analizarlas en base a las posibilidades tecnológicas que existen hoy, pero para contactarlas y sobre todo convencerlas de que nos elijan como destino, todavía manejan medios de comunicación, compra y traslados denominados como tradicionales que deben ser tenidos en cuenta. Para ser bien claros, la brecha con las personas mayores de 65 años es tanto digital como comunicacional. Las tecnologías mal elegidas son una complicación y una pérdida de tiempo y no una solución. Si entenderán y agradecerán una experiencia mejorada en base al uso de las tecnologías, pero no les interesa y en muchos casos no entienden el interactuar con ellas. Además, no olvidarse de que en la actualidad, asistimos a una realidad de “longevidades activas” que no podemos descuidar.
9. Y para cerrar una quimera o utopía personal: Que el turismo siga siendo una experiencia humana, que implique visitar lugares, conocer personas, vivir experiencias diferentes que te hagan crecer como persona y que no se pierda el tan necesario contacto humano. En épocas donde cada día vivimos más conectados y aunque parezca utópico, cada vez más alejados los unos de los otros y en contextos de soledad, los momentos de viaje puedan ser esos momentos de conexión y desconexión al mismo tiempo. Conexión con las personas y desconexión de lo digital.
En un mundo cada vez más digital y tecnologizado, el Turismo podría ser esa experiencia y ese espacio humano que nos haga la diferencia.
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