por Ramón de Isequilla, desde Madrid, @ramonpunta
Hoy 31 de agosto, entre paréntesis San Ramón, podemos decir que comienza el año, (pues en un acto de generosidad se lo prestamos a setiembre), un año muy raro, angustioso, lleno de incertidumbres, cerrando el peor verano de la historia para el turismo del hemisferio norte y en especial para España y con, no se si el temor o la certeza, que ya nada va a ser igual.
Este fin de semana el ABC publicó unos números de empleo, actividad turística y comercio, espeluznantes, que únicamente la anestesia estival y la esperanza tribal justifican que nadie reaccione y diga: señores esto es muy grave, hay que hacer algo.
El comercio minorista arrastrado por la falta de turistas cayó en julio, primer mes sin estado de alarma un 3,7% en todo el país, destacando el sector textil con una caída de casi el 22%, sector tradicionalmente beneficiado por el turismo, siendo el 5to mes consecutivo de caídas.
Al desglosar los datos por comunidades, evidentemente las llamadas turísticas como Baleares, Canarias, Andalucía y Cataluña fueron la más perjudicadas, pero el número que más nos asusta es el referente al empleo, ya que durante el segundo trimestre trabajaron de manera efectiva en España menos de 14 millones de personas o sea menos de un 30% de la población total, superando el record de 2013 cuando se estaba saliendo de la crisis financiera del 2008 cuando trabajaron un 31,4 % de la población. Recomendamos la lectura del artículo del ABC que contiene gráficos muy demostrativos, que espero hagan reaccionar a los que toman decisiones y con ellas pueden influenciar sobre la economía española.
Las clases comienzan en un estado de “discusión” pues no queremos catalogarlo de crispación, en el cual el gobierno no sólo está ausente, sino que cuando habla sólo son papelones, como la vergonzosa conferencia de prensa de tres ministros que se reunieron el jueves para decir nada, bueno para ser justos dijeron que los niños debían lavarse las manos cinco veces por día y había que abrir las ventanas para ventilar (SIC).
Cómo vamos a recuperar la confianza de los principales países emisores de nuestro turismo, para que levanten cuarentenas y vuelvan a recomendarnos como destino seguro si estamos administrando la educación de nuestros niños como en el camarote de los hermanos Marx con 17 pasajeros despistados.
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