La ausencia de España en la WTM 2020 pasará su factura en el 2021
Lunes, 07 Septiembre 2020 08:20

La ausencia de España en la WTM 2020 pasará su factura en el 2021

En el ambiente turístico que concurre todos los años a la World Travel Market (WTM) de Londres hay estos días una incertidumbre adicional a la que nos tortura desde el mes de marzo, pues la situación diaria de las empresas y establecimientos se ve agravada por el interrogante sobre qué va a pasar el próximo año, ya que éste se da por perdido.

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por Ramón de Isequilla, desde Madrid, @ramonpunta

Cualquier empresario o gobernante sensato debe agotar todos los medios y herramientas a su alcance para sortear una crisis, pero también para planificar su futuro cuando finalice la misma. Una de esas herramientas es la WTM, cita anual donde los profesionales británicos del turismo reciben a sus colegas de todo el mundo para intercambiar información sobre los distintos destinos con vistas a la planificación de las campañas del año siguiente y firmar cartas de intención, incluso contratos firmes, que les garantice tener plazas disponibles para sus pasajeros, sobre todo en los destinos favoritos de los británicos como lo es España, siendo el mercado británico  el principal cliente de España con una gran concentración en Canarias, Baleares y Andalucía.

Lo que ocurre en una feria del calibre de la WTM, al igual que en la ITB o en FITUR no se agota en un stand. Es un complejo universo de acciones que se relacionan y potencian entre si, y cada una de ellas individualmente no son suficientes para cumplir los cometidos de mostrar el destino, ofrecer sus servicios, asesorar a los interesados, concretar negocios y por sobre todas las cosas, mantener la magia del turismo, pues no es lo mismo vender patatas que destinos turísticos.  

Resumiendo, esas acciones consisten en: presentar un stand debidamente preparado en su estética y funcionalidad para el tipo de destino y/o producto ofrecido, ubicado adecuadamente, formando parte de una oferta global del destino desde el paraguas promocional del país, pasando por las características específicas de la región y temporada, llegando por último a mostrar el servicio o producto turístico específico, transportando al que lo visita a la atmósfera, sentimiento y magia del lugar.

Estar atendido por personal idóneo y por sobre todo comprometido, diríamos sin exagerar “fanatizados” por lo que ofrecen, dotados de información y poder de decisión suficiente para cerrar negocios, la azafata con un folleto en la mano es una patética imagen a desterrar.
Llevar medios de comunicación del lugar de origen para despertar con su presencia, una expectativa poderosa en los participantes e informar a los que quedaron en casa sobre las cosas que ocurren en los “estadios de las grandes ligas”.

Preparar una agenda previa, para visitar e informar a todos los medios que sea posible del país anfitrión, ya sean especializados o generalistas, reforzando con conferencias de prensa dadas por profesionales y autoridades, todos juntos, demostrando la fortaleza del destino.

Asesorar a las autoridades que acompañan, para que su presencia sea efectiva y colabore en los objetivos de la feria, que no se agote en la promoción de sus “obras de gobierno” sino que sea la garantía que necesitan los clientes del exterior con respecto a la seriedad de un destino turístico, aunque siempre sirve para mover el amperímetro de la noticia, alguna declaración explosiva sobre algún tema que no tenga nada que ver con el turismo pero que no lo afecte, que seguramente le preguntará algún medio no especializado destacado en el país de la feria. Esas autoridades deberán alternar su agenda personal con la agenda del evento, acompañando a los referentes empresariales a todos aquellos lugares que se lo soliciten, no olvidando que los gobernantes están al servicio de los gobernados, no lo contrario.

Concurrir y participar activamente como conferenciantes en todas las reuniones técnicas y seminarios que se realicen, para difundir en una plataforma internacional nuestros conocimientos y principalmente para aprender. La humildad y las ganas de conocer hacen salir por la puerta grande al fin de la feria, la soberbia y la autosuficiencia remiten sin duda al contenedor de materiales desechables que sale por el playón de servicio al desmantelar el evento.

Visitar y conversar con la competencia, el networking es muy saludable para los intereses de un destino, pero sobre todo y lo más importante de una feria son “los pasillos”, los cuales no pueden ser remplazados por ningún “encuentro virtual”, al cual parece que estaremos condenados los españoles en esta edición de la WTM donde pasaremos de ser “reales” a ser “virtuales”, o sea, unos fantasmas Zoombeados.

Realmente supera a mis escasas habilidades cómo explicar por medio de una pantallita que se siente al pisar la arena de Zahara de los Atunes, cómo es el olor de la Plaza de los Naranjos en Marbella, el vértigo del Caminito del Rey, los atardeceres de Ronda, los amaneceres de Torremolinos, vivir un partido de polo en Sotogrande, jugar al golf en la Costa del Sol, pero sobre todo cómo explicar que no puedo ir a Londres desde España pues debo guardar 14 días de cuarentena, la misma suerte que correrán los británicos que vengan a visitarnos.
Si el gobierno hubiera estado en lo suyo en lugar de dedicar su tiempo en preparar un asalto a la Comunidad de Madrid, por medio de una eventual moción de censura intentando conseguir con el transfuguismo parlamentario lo que le negaron las urnas, habría logrado revertir las medidas discriminatorias respecto a España por parte del Reino Unido al incluirla en su lista de restricciones de acceso, en lugar de no hacer “nada”, y por lo menos llegados a estas circunstancias hubiera  intentado conseguir un “salvoconducto” para la delegación española a la WTM, para que con todas la garantías del caso pudiéramos concurrir 4 días a Londres sin tener los 14 días previos de cuarentena, acción imposible para cualquier empresario o autoridad.

Las autoridades de la WTM han preparado un minucioso protocolo de seguridad de la feria, garantizando medidas mucho más efectivas que las que se pueden encontrar en cualquier establecimiento comercial de Londres o de cualquier otra gran capital, pero nosotros deberemos conformarnos con una presencia “virtual”.

Me pregunto si en el espacio que deberían ocupar los stands de España, y especialmente el de Andalucía (siempre el más numeroso y destacable), encontrarán un crespón con un cartel que diga “aquí yace el turismo español”, u otro que diga “para qué quiere viajar, ahorre dinero y sea un turista virtual”.

Si encima de soportar la realidad que nos está comprometiendo la propia existencia, renunciamos a luchar por el futuro intentando rescatar el 2021, en el futuro dirán que no estuvimos a la altura de las circunstancias.

Portal de América

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