por Ramón de Isequilla, desde Madrid
Dos frases de su nota nos brindan una ayuda para reflexionar: “El turismo español debe ser proactivo” y “Si a las economías de donde proceden los turistas les va mal, su capacidad de gasto en viajes disminuye, afectando a la demanda turística internacional”.
Sus antecedentes académicos lo preceden.
A esta altura, algún agente de viajes, algún hotelero o algún funcionario podría preguntarme ¿y de turismo qué?, mi respuesta es muy sencilla, ser agente de viajes, hotelero o funcionario de un ministerio de turismo es razón necesaria pero no suficiente, para reflexionar sobre el turismo, y un profesional de otro palo con suficiente conocimiento, experiencia y visión global puede ayudarnos a reflexionar sobre el turismo, mucho más que con la cantinela de la “Declaración de Manila” que hace 45 años se repite como el non plus ultra y lo más sabiondo sobre el turismo.
El pensamiento de Rafael Pampillón que vuelca en The Objetive, radica en detectar un complejo contexto de “tensiones comerciales, volatilidad financiera y desaceleración en los principales mercados emisores de turistas” que vuelca a España a una “etapa de incertidumbre”.
España bate todos los años el récord de recepción de turistas internacionales, ya orillando los cien millones anuales y en el último período con la recuperación de los vuelos long range han vuelto los asiáticos, pero lo más destacable es la irrupción de los turistas estadounidenses (los de mayor gasto persona/día) gracias a que Madrid y España están de moda también en EEUU.
El turismo español comenzó el año 2025 con unas perspectivas idílicas, pero pocos días después, la situación geopolítica mundial irrumpió como elefante en cacharrería, provocando un replanteo de la defensa común europea, el rearme de la UE (palabra maldita para Pedro Sánchez), donde la OTAN deberá el próximo mes de junio decidir “que quiere ser de grande” pues “papá USA” lo anunció sin paños tibios: “hijo, ve y gánate la vida” y como si esto fuera poco aparecieron los ya famosos aranceles, crearon incertidumbre en los mercados emisores, especialmente en el norteamericano.
Al respecto Don Rafael afirma: “Aunque los aranceles afectan de forma directa a las exportaciones españolas de sectores como la automoción, la agroindustria, la máquina herramienta, los productos farmacéuticos o la piedra natural, sus repercusiones indirectas sobre el turismo son más significativas. Las guerras comerciales encarecen el comercio internacional y reducen el dinamismo económico global, disminuyendo el poder adquisitivo de los ciudadanos de los países afectados”.
Completando “Para España, esto implica una exposición indirecta pero real. Si a las economías de donde proceden los turistas les va mal, su capacidad de gasto en viajes disminuye, afectando a la demanda turística internacional. Es un efecto dominó en el que España no participa directamente, porque las ventas de España a EEUU representan sólo el 5% de nuestras exportaciones. Aun así, acabará teniendo un impacto en nuestro sector turístico”. Pues “Estados Unidos representa un mercado clave para el turismo de largo alcance en España…la amenaza de recesión en EEUU y la depreciación del dólar frente al euro constituyen un doble golpe para este flujo turístico”.
“Cuando la economía estadounidense entra en zona de turbulencias, sus ciudadanos tienden a reducir el gasto en ocio, priorizar el turismo nacional o buscar destinos más baratos. España, por tanto, podría perder parte de ese mercado que resulta clave por su rentabilidad y estacionalidad”. “Alemania, Francia y Reino Unido constituyen el verdadero corazón del turismo en España. Juntos representan más del 60% de los visitantes que llegan cada año”.
Ante la amenaza de los aranceles, hoy postergada por 90 días, la incertidumbre creada puede afectar las decisiones de los turistas europeos para el próximo verano boreal, que si le agregamos la posible desaceleración de los incipientes turistas norteamericanos el panorama a corto plazo puede ser turbulento.
A lo que Pampillón nos dice: “Con una menor renta disponible, los turistas europeos podrán optar por vacaciones más cortas, destinos nacionales o escapadas más baratas. Esto afectaría de forma directa a las zonas más dependientes del turismo internacional, como Baleares, Canarias, Andalucía, Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana”.
“El impacto irá más allá de las cifras de llegada porque también se traducirá en un menor gasto por visitante, una caída en la ocupación hotelera y una posible pérdida de empleo en sectores relacionados con el turismo”.
“Una caída en los ingresos turísticos podría deteriorar nuestra economía e incrementar el desempleo. Por ejemplo, el empleo estacional (los llamados fijos discontinuos) y los trabajadores de servicios vinculados al turismo representan una parte importante de la ocupación en muchas regiones. Una desaceleración sostenida del sector podría generar un repunte en el desempleo, especialmente en las zonas costeras”.
Ante la perspectiva que las condiciones macro, como la disminución circunstancial del precio de los combustibles, la competencia global se intensificará, para lo que Don Rafael concluye: “En este contexto de incertidumbre, otros destinos turísticos podrían aprovechar la situación para ganar cuota de mercado. Países del Mediterráneo oriental, del norte de África o incluso algunos destinos asiáticos ya están mejorando su oferta y abaratando precios”.
“España, tradicionalmente uno de los líderes del turismo mundial, no puede confiarse. Debe apostar por diversificar su oferta, atraer turistas con mayor capacidad de gasto, mejorar la calidad de los servicios y fortalecer su imagen de destino seguro y sostenible”.
Por ello, aparte de ser cautos y mirar con lupa todas las circunstancias internacionales, España debe anticiparse para resistir esta situación, que durará lo que tenga que durar.
La certeza de que siempre hemos salido adelante no debe anestesiar nuestros reflejos, y nuestra capacidad de innovación ante ello el último consejo que nos da es:
- “El sector turístico español se encuentra ante una encrucijada. Las señales de alerta que provienen de EEUU y Europa deben ser tomadas en serio”.
- “No se trata solo de medir las llegadas, sino de prever tendencias, reforzar ventajas competitivas y preparar al sector para un entorno global cada vez más exigente”.
Estas reflexiones y consejos para España las podemos extrapolar, con sus matices específicos, al Rio de la Plata donde las circunstancias y sobre todo “los tiempos” son muy especiales, y por ello pedimos al empresariado, que deje de esperar a que el gobierno “mueva ficha” y actúe de inmediato y, al gobierno, con la información privilegiada con que siempre cuenta de los temas macro de la economía, vuelque a sus técnicos a profundizar en los análisis de situación, tomen las medidas que correspondan al sector público, sin invadir cuestiones reservadas al sector privado y colaboren con él con información para ser más acertados en la toma de decisiones.
Portal de América