Paul McCartney emocionó el Sábado Santo
Miércoles, 23 Abril 2014 09:23

Paul McCartney emocionó el Sábado Santo
El Sábado Santo marcó un hito histórico para el Estadio Centenario: Sir Paul McCartney inició su gira OUT THERE 2014, su segunda presentación en vivo en el Uruguay.  En el primer concierto en 2012 nadie podría haberse imaginado otra oportunidad para vibrar con temas como “Hey Jude”, que fuera en su tiempo la canción de duración más larga de la historia en ocupar el Top 10 de las listas británicas. 
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por el Lic. Alejandro Spera, @alejandrospera en Twitter

Paul McCartney nos emocionó con obras musicales de todos los tiempos, desde los Beatles o los Wings, hasta su actual etapa de solista.  Su alimentación le confiere una presencia y estado físico envidiables complementado por una personalidad carismática que transmite alegría, distensión y genera una relación casi personal con los espectadores. 

El despliegue técnico insumió una coordinación logística de un equipo de 500 colaboradores que montaron un escenario de 70 metros de ancho por 22 metros de alto con dos pantallas laterales LED de alta definición en formato Widescreen vertical que ocupaban un área de 650 metros cuadrados. Los paneles fueron protagonistas desde antes del inicio del show mediante la presentación de un clip en “scroll-down” con un gran collage compuesto por pinceladas gráficas de fotos desde los Beatles a la actualidad, combinado con algunas versiones remixadas de grandes éxitos de su carrera. 

En su aparición en el escenario Paul lució elegantemente vestido de negro y camisa blanca, acompañado por su clásico bajo “Hôfner” al tiempo que sonaba la nueva versión de “Eight Days A Week”, ante las 50 mil personas que vivían con mucha ansiedad el tan esperado regreso.  “Estoy contento de verlos otra vez”, expresó Paul con una pronunciación muy buena, luego de tomar algunas clases de español previo a su visita.  “Esta noche intentaré hablar un poco de Español…”, continuó antes de generar una ovación sostenida con “All My Loving”.    Seguidamente, se encendieron las luces blancas dirigidas hacia el público, ya que Paul quería tomarse un tiempo para ver a sus seguidores. 

Este nivel de detalle lo llevó a tomar el pedido de un fanático que gritaba desde la primera fila “One After 909”, una de las primeras composiciones escritas por Lennon-McCartney en 1957.  Después de hacer varias referencias a si debiera cantarla, se dispuso a cumplir su sueño al igual que el de dos chicas que sostenían carteles con el pedido que les estampara su autógrafo en la espalda.  Su interacción fue tal que en muchas ocasiones el público reía, aplaudía y contestaba preguntas que Paul proponía, generando un verdadero diálogo muestra del carisma indiscutible del ex-Beatle.  Hasta llegó a pedir que levantaran la mano quienes eran de Uruguay y los que habían venido de otros países.  

Le dedicó un momento especial a su esposa Nancy que estaba presente en la actuación con una de sus nuevas canciones “My Valentine”.  Y un instante sublime fue la interpretación acústica de “Blackbird” subido a una plataforma móvil que se elevaba por fuera del escenario, rodeada de unas pantallas LED con imágenes de una cascada.  Pura emoción se podía sentir en la piel con esta versión tan simple (pero muy compleja en su arpegio) e íntima.  Al igual que el intro de “Something” realizado con un ukelele en un tempo más rápido, que más tarde completó la banda con sus arreglos sólidos y actualizados en el único éxito escrito por George Harrison que alcanzara las listas de simples en los Estados Unidos.

El repertorio de casi 40 temas incluyó 8 bises en dos módulos, con cambios permanentes entre sus diferentes guitarras, bajo y piano,  hizo brillar clásicos como “Paperback Writer” que acompañó con la guitarra original utilizada para la grabación en 1966. “The Long And Winding Road”, “We Can Work It Out”, “And I Love Her”, “Eleanor Rigby”, “Ob-La-Di, Ob-La-Da”, “Band On The Run”, Day Tripper”, “Get Back”.  Las infaltables “Let It Be” y “Yesterday” y “Hey Jude” fueron un corolario para el regocijo del alma y el coro sostenido de los espectadores.  Y el despliegue de fuegos artificiales meticulosamente sincronizado con los golpes de la batería en “Live And Let Die” marcó el final previo a los bises,  junto a fogonazos mezclados con efectos lumínicos láser de alto alcance.

Habló de Suárez, que previo al concierto había coordinado una entrevista periodística en un formato más que insual con el grande de la música.  Paul lamentó que no pudiera acompañarnos en esta fiesta… “él está en Liverpool mientras yo estoy aquí”.  También salió con el Pabellón Nacional y la bandera de Reino Unido coreando U-RU-GUAY…

Paul McCartney presentó su show de talla internacional, que incluyó la presencia de más de 7000 argentinos y 4000 brasileños que colmaron la capacidad hotelera de Montevideo.  Desde las ventas de la página oficial de Paul (www.paulmccartney.com) se registraron tickets a españoles, italianos, americanos, ingleses, chilenos, peruanos, etc. Este tipo de espectáculo posiciona al Uruguay en el circuito de música del mundo, centrando así las miradas de seguidores, productores y agentes de turismo.  Ha sido un verdadero privilegio poder disfrutar y sentir a un artista referente de la música de todos los tiempos y que gracias a la generosidad en sus palabras de elogio y agradecimiento, lo hacen aún más tangible, cálido y verdaderamente humano.






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