Argentina está fuera del menú turístico
Martes, 03 Agosto 2021

Argentina está fuera del menú turístico

Durante mi paso por Aerolíneas Argentinas, allá por abril de 1984 viajamos a Frankfurt para poder participar en un programa de turismo para la tercera edad ofreciendo como destino varias opciones, Optar sería el operador y obviamente “nosotros” el transportista, tanto en el largo recorrido, en esa época se volaba a ese destino con escala en Madrid, como en el cabotaje…

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

…debo decir que el programa que presentamos resultó atractivo, pero en una conversación privada, el representante de los operadores alemanes a quien había conocido en San Carlos de Bariloche e incluso fue cliente de nuestro estudio allá por 1970, me explicó las razones por las que no podía contratar con nosotros. Resultó que este hombre de familia alemana, nacido en Buenos Aires, según me contó en 1975 decidió “regresar” al país de sus ancestros y fue una mutua y agradable sorpresa cuando nos reencontramos en Frankfurt.

Las razones fueron obvias, además avalada por su experiencia de haber vivido 35 años en la Argentina. “No podemos contratar porque no podemos presupuestar ni en pesos ni en marcos…” que en ese momento era la valiosa moneda de la Alemania Occidental, separada por el muro de Berlin de la Alemania Oriental, bajo el control de la entonces URSS.

En la Argentina teníamos una inflación del 0,5% diario, en aumento, un tipo de cambio que variaba día a día y el gobierno de Raúl Alfonsín no encontraba un rumbo económico confiable.

Traje a cuento esta anécdota que no deja de tener contenido histórico, por la misma respuesta que me dio días pasados un operador europeo que me llamó para que le ampliara algunos conceptos de dos notas publicadas en el PDA.

No me sorprendió cuando me dijo, 37 años después, “no podemos pensar en turismo hacia la Argentina porque no podemos presupuestar ni en vuestra moneda -el peso- ni en la nuestra -el euro- porque los precios cambian todos los días…

Luego me dio otras razones más o menos comprensibles, que paradojalmente nosotros hemos naturalizado, como que “no puedo mandar a mis turistas a cambiar en el mercado negro, ni arriesgarlos a que les roben en la calle, o que un piquete no los deje andar por Buenos Aires, o que al gobierno se les ocurra retenerlos cancelando vuelos, negando autorizaciones, y además de todo eso ustedes son muy vulnerable al Covid y a sus diferentes cepas, se les murieron más de cien mil personas, cuando aquí que tuvimos que improvisar, los muertos no llegan a ese número…”, y así fue sumando otras razones incluso políticas.

Al final, a modo de “consuelo”, agregó, en verdad toda America Latina está fuera del mapa del turismo internacional, y así desfilaron los incidentes de Chile y el regreso del “comunismo” (textual) a ese país, las protestas de Ecuador y Colombia, el horror que le causaba que el tal Pedro Castillo estaba por asumir la Presidencia de Perú, que Evo Morales gobernara nuevamente Bolivia (sobre esto le tuve que aclarar que el presidente es un tal Luis Arce Catacora). Luego se refirió a la inseguridad en los destinos turísticos de Brasil, y finalmente a la incomodidad de los trámites migratorios, aduaneros y cambiarios para pasar de país a país. “En materia de turismo ustedes están atrasados 50 años…”

Personalmente, el anecdotario que justifica que ya no sólo Argentina, sino toda la región esté “out” de los programas turísticos, me parece que un poco tiene que ver con las formas en que describimos la conflictividad, muchas veces por motivos partidarios locales, sin advertir que los mensajes llegan muy potenciados.

Creo que a nadie se le ocurriría suspender por motivo de las protestas de los “chalecos amarillos” un viaje a París o a cualquier otra ciudad europea en la que se manifieste el descontento, no ya con la política de los gobiernos, sino con la vida…

Lo que veo es que lo que preocupa es la dificultad burocrática para circular dentro de la región.

Sin ir más lejos, el otro día me contaba un familiar que viajó entre Buenos Aries y Montevideo las respectivas demoras burocráticas, dos horas previas a la hora de salida, para desembarcar en destino tuvo una demora de más de tres horas teniendo que completar formularios iguales, al salir, durante el viaje y al llegar, cuando todo eso se podría hacer desde un celular común.

Pasa también que a los gobiernos les falta “calle”, ya que, para demostrar autoridad entre ellos, muchos saben que no la tienen, pero, en fin…, creen que, manteniendo los controles de migraciones, aduaneros, cambiarios, demuestran poder soberano…

Las relaciones entre nuestros gobiernos son de total desconfianza mutua y por tanto hacen de la desconfianza “virtud” y de la confianza “vicio”.

A veces me sorprende la inocencia de algunas iniciativas que creo no pasan de ser una simple charla de café, como la de convertir algún evento en alguna ciudad del interior en un hecho turístico de atracción mundial.

El turismo no pasa por un “facón” que se pueda exhibir en San Antonio de Areco, aunque hubiera pertenecido a don Segundo Sombra, ni por los chocolates de Bariloche, o las centollas de Ushuaia, o los ponchos salteños, o el chamamé correntino, o la galopa misionera paraguaya.

Es todo eso, pero con mucho más.

Uno no viaja a Viena para escuchar valses, pero si fuéramos a Viena, los escucharemos de buen grado; no vamos a Paris a tomar un champagne en “El café de la Paix”, pero si fuéramos, como mínimo tomaríamos un café.

En fin, hay mucho que enseñar y mucho más para aprender, entre tanto...

¿Es realmente cierto que estamos fuera del mapa turístico…?

Portal de América

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