por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., @007Rizzi
Las dirigencias argentinas tienen un mismo ADN, siempre pretenden que otros le solucionen los problemas y éstos siempre son originados también por otros, nunca somos culpables y así no diría que retrocedemos, sino que nos vamos quedando rezagados frente a otros que criticamos por su velocidad o por el modo en que resuelven sus cuestiones.
Un ejemplo es el propósito de Uruguay de comenzar a tratar acuerdos de libre comercio por su cuenta, vulnerando la regla del Mercosur que lo impediría. Esa regla tendría sentido si fuera dinámica, pero Argentina en especial, orgullosa de su aislamiento o de frecuentar los países menos respetuosos de los valores republicanos, pretende atrasar a quienes quieren avanzar sin advertir que carece de los llamados poderes duros y blandos.
Carecemos del primero, "poder duro", porque no tenemos medios militares para sostener decisiones soberanas o impedir sus eventuales violacionesm y no tenemos "poder blando” porque distamos de ser ejemplares. La Argentina no es escuchada y menos merece ser escuchada.
Hice esta breve introducción para poner en evidencia que en nuestra temática del turismo y del transporte aéreo, nuestro país no atrae, no enamora, y sin esas virtudes de poco vale el mejor marketing para revertir el resultado de nuestra balanza turística o los malos resultados de nuestro transporte aéreo.
En materia de turismo es esencial poseer esa capacidad de persuasión y respeto que emerge del llamado “poder blando”, que en turismo se llamaría “friendly” que traduciría como “encanto, confianza, buena fe”.
Esta última es una cualidad de Uruguay, de Chile e incluso de Brasil, la Argentina con sus cepos, inflación, deficiente infraestructura, dista de ser “friendly”, por eso los sucesivos gobiernos no logran establecer una relación con la población Malvinense para que consideren a la Argentina como su destino natural.
En la última década del siglo pasado se comenzó con política más” friendly” que no se llegó a consolidar, y hoy buscamos las que el acercamiento, lograr su dominio mediante decisiones que podrían estar enmarcadas en derecho, pero lesivas a la regla de la buena vecindad.
Parecería que se busca más su ocupación que su integración, por eso cada día se alejan un paso más.
Trate muy sintéticamente este tema porque para convertir a nuestro país en destino turístico, nuestras bellezas geográficas son insuficientes, nos falta la calidez que da el auténtico sentido de la “amistad”.
El turismo es eso, “Amistad”.
Tampoco sabemos administrar la cuestión del transporte aéreo, manteniendo una legislación cavernaria que venimos vulnerando sistemáticamente desde la “privatización” de Aerolíneas Argentinas en 1991 o 1992.
Nuestra empresa estatal está pésimamente gestionada, ya que sólo logra sobrevivir merced a los subsidios que se financian con los impuestos que pagamos los contribuyentes. En vez de ayudar para generar rentas, genera gastos en un país sumergido en un crónico déficit fiscal, financiado con deuda que luego repudiamos.
El Estado lleva hundido en esa empresa alrededor de ocho mil millones de dólares desde 2008. Como durante todos esos años hubo déficit fiscal, ese aporte se financió con deuda e inflación y hoy ya se naturalizó, quizás también por parte de la gente o sociedad que ya tiene un derecho al subsidio y al bienestar, dado que en la actualidad es una de las empresas que paga mejores salarios, incluso a sus directivos, cuando la pobreza medida de modo integral abarca al 70% de la población según la escala de ingresos que nos viene mostrando el INDEC.
También en materia de transporte aéreo estamos aislados. Las empresas del mundo se van integrando y en esta parte del mundo ya varias de ellas pertenecen a fondos de inversión, y los Estados no subsidian a las empresas que son responsables de sus buenos o malos resultados.
Según informó “Aerolatin News”, “LATAM Airlines Group S.A. y algunas de sus filiales deudoras en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos y Perú ( “LATAM”) dieron a conocer su plan de negocios a cinco años junto con diversos avances relacionados a su proceso de financiamiento de salida. Este hito marca una de las etapas finales antes de la presentación de su plan de reorganización. LATAM proyecta, al 2024, una recuperación de rentabilidad a los niveles de 2019, y un aumento del resultado operacional del 78% al 2026, comparado con el período pre pandemia. Hasta la fecha, LATAM ha recibido varias ofertas de sus principales acreedores y accionistas mayoritarios, cada una de los cuales aporta más de US$5 mil millones de nuevos fondos, reafirmando la confianza del mercado en LATAM.”, sin costo fiscal alguno.
En cualquier momento diferentes gobiernos podrían considerar como desleal la competencia de Aerolíneas Argentinas, y negarle derechos de tráfico a sus respectivos países. Hay que pensar en el reciente antecedente de la Comisión Europea con relación a Alitalia, declarando ilegal una ayuda recibida del Gobierno Italiano de € 900 millones en el año 2017.
A su vez, en Latinoamérica hay intentos de integración entre las líneas aéreas más productivas, en ese panorama nadie se interesa por Aerolíneas Argentinas.
El muy inteligente CEO de RyanAir, Michael O’ Leary, apunta a un incremento del costo de las tarifas, y explicó el modo en que se ha reducido la oferta por quiebras o cierres de empresas, según dio cuenta el portal preferente.
Si bien la audiencia española no hizo lugar a un reclamo de Ryanair que solicitaba se suspendieran las ayudas a Air Europa y su adquisición por Iberia, resultan interesantes sus argumentos en cuanto afirmaba, según el portal El economista, “…que debe suspenderse cautelarmente el rescate de Air Europa, pues en la situación actual de pandemia, disponer de fondos a bajo costo que permitan subvencionar los precios de los billetes es un elemento determinante". "La ayuda ilegal infla el flujo de caja de las solicitantes justo en el momento en el que el tráfico aéreo y las reservas de billetes vuelven a aumentar ante el fin de la crisis", señala, añadiendo que esta situación se da a expensas de sus competidores, "que luchan por cubrir sus enormes pérdidas".
En la Argentina estos temas parecen prohibidos por un falso concepto de soberanía, que sólo oculta nuestras limitaciones y nuestra mediocridad.
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