Poco tránsito, hicimos un promedio de 100 km por hora, y como lo indica la buena praxis rutera hicimos una parada, pasando Ceibas, de unos quince minutos en una Shell, muy limpios los baños pese a que había bastante gente, de paso cargamos la V-power.

Conviene apuntar que siempre se ven en las rutas gente  que puede ser causa de accidentes por sus torpezas, cambiar de carril sin hacer las señas y no verificar si viene algún vehículo, circular entre dos carriles, usar la vía rápida circulando a baja velocidad, no tener en cuenta cuando se hacen señales para el sobrepaso o sorpasso.

La ruta nacional 12 que se toma a poco de pasar Zárate está en  buen estado, salvo algunos trechos del carril derecho en el que están marcadas las huellas de los camiones que circulan en cantidad, de paso decimos que no se advierte que exista control de peso para ese tipo de vehículos.

En Ceibas seguimos por la impecable ruta 14 hasta el km 340 donde se encuentra el ingreso a Colón, y continuando al puente que nos vincula con Uruguay en la localidad de Paysandú, la patria de Aníbal Sampayo, que pintó con letras la belleza y elegancia del Río Uruguay.
Colón es un pueblo , dicho con entrañable cariño, muy acogedor y simpático, con una población que muestra su amor por su terruño.

Tiene variada hostelería y sigue en pie y en plena actividad el "Viejo Almacén", el clásico restaurante del lugar, que no se puede dejar de visitar. Si les gusta el surubí, no se lo pierdan.

Para un trago previo a la cena,  Dionisio es el sitio indicado, no solo por la calidez de su atención, sino además por sus buenos precios. Les recomiendo el "bitter orange", impecable.

Colón ofrece además un variado menú de paseos, el Palacio San José, que fuera residencia de Justo José de Urquiza, allí fue asesinado. Hay muy buenos guías que nos revivirán hechos que pasaron no hace tanto, unos 170 años, que en la ecuación del astrónomo canadiense Hubert Reeves, apenas sería una ínfima parte del tiempo  que dura el parpadeo.

El Palmar de Colón, que nos muestra "Los palmares de Yatay", que crecen en suelos arenosos. Pueden llegar a los 20 metros de altura, pero están en riesgo de extinción por el avance de las más rentables actividades agropecuarias. Es posible que para las futuras generaciones solo se convierta en una plaza con un puñado de palmeras de esa especie.

Su fauna es otro atractivo, la vizcacha un roedor robusto que suele pastar de noche, hay aves caminadoras, los inambúes que huyen de sus cazadores, zorros, hurones y gatos monteses, se pueden ver jacanas, teros y en algún lugar los lagartos overos.

Solo unos 40 Km hay que recorrer  desde Colón para llegar, que se hacen en una media hora.

En la costanera se ofrecen paseos por el "Río de los pájaros" a precios accesibles. Los recomiendo.

En estas fiestas de la Navidad nos sorprendió la escasez de turismo, vimos establecimientos cerrados, unos con fecha de apertura a fin de año, creo que lo explica la baja ocupación hotelera que en el "Costarenas" donde nos alojamos, desde el día 23 no superaba el 30 por ciento,  vimos algo más de gente el 24, pero no mucho.

Se trata de un buen lugar que calificaría de tres estrellas, con servicios de bar y restaurante, este apenas merecería un aprobado. Las ensaladas muy rústicas, no logramos que nos pelaran el tomate,   cuando logramos que lo hicieran, lo calentaron y así arruinaron la ensalada que de fria, pasó a ser tibia..., no tenían ese adminículo tan común, que se usa para pelar cáscaras finas….

La cena de Navidad, también, apenas un cuatro.

El desayuno a tono con un establecimiento que pretende para más, pero se nota la falta ese toque de profesionalismo turístico que empuja hacia arriba.

Diría que el turismo está en la etapa artesanal,  si sigue así, Colón, como muchos otros lugares, sólo será un nicho y pienso que da para mucho más.

Un comerciante me decía, "mire señor, no hay plata, mucha gente se quedó sin trabajo y nosotros vivimos de la clase media, que empobrece día a día, los ricos no vienen...".

Bueno, tienen el turismo fronterizo, le dije, "es de paso, pero siguen a Buenos Aires, allí está el mercado…"

"Nuestro turismo receptivo depende sólo del tipo de cambio, cuando estamos regalados vienen, cuando estamos a la par, ya somos caros".

Ya estamos para regresar , lo pasamos bien, Entre Ríos tiene turismo para mucho más…, pero falta ese toque profesional que convierte a los lugares en destinos demandados.

Una familia tipo puede pasar unos días de ocio a un costo promedio de u$s 130 diarios si hizo el trámite bancario para  lograr mediante la apertura de una cuenta en dólares, obtener un tipo de cambio, más alto, alrededor de doscientos pesos.

También tienen las cuevas, puede ser que paguen unos puntos más, también hay mayor riesgo...

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