por Luis Alejandro Rizzi, desde Exaltación de la Cruz (Pcia de Buenos Aires) Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @007Rizzi
En la Argentina las estadísticas muestran que en el mes de diciembre pasado Aerolíneas Argentinas tuvo una ocupación del 88%, mientras que Flybondi la superó con el 94% y Jet Smart, la empardó en el 88. En número de pasajeros de las dos llamadas “low cost” fue de 261.151 y el de Aerolíneas Argentinas 612.847.
Comparando con el mes de noviembre pasado las tres líneas aéreas tuvieron un crecimiento del 5% en la cantidad de pasajeros transportados. Sin embargo, en el factor de ocupación Aerolíneas Argentinas creció dos puntos, Jet smart cuatro puntos y Flybondi 1 punto.
La diferencia sería que Aerolíneas Argentinas tiene disponibles para el cabotaje más de 40 aviones, en tanto que Flybondi opera con 4 Boeing 737-800 y Jet Smart con cinco Airbus de la serie 320, es obvio que estas logran un nivel de productividad muy superior al de Aerolíneas Argentinas.
Esta es la clave que está escondiendo la descalificación de APLA, gremio que agrupa a los pilotos de Aerolíneas Argentinas, y en términos de encuadre sindical a todos los que trabajan en líneas aéreas, a la gestión de la ANAC por parte de Paola Tamburelli y la solicitud de paritarias por partes de los gremios aeronáuticos incluidos ATEPSA.
Se disfraza el verdadero conflicto.
Es interesante observar el panorama político y Fernanda Vallejos, una persona muy allegada a Cristina que se dice “economista”, decía según reproduce el diario “Clarín” del 10 de enero: “…Vale aclarar que existe una diferencia central en el actual proceso inflacionario, respecto del vigente entre 2003-2015. Mientras en el ciclo kirchnerista, en general, la inflación era motorizada principalmente por los salarios nominales creciendo por encima de la productividad, en los últimos años las cosas cambiaron sustancialmente y ahora los salarios crecen por detrás de la inflación. Recién en los últimos meses se aprecia una tendencia a la recuperación que aún no parece estar consolidada".
Hay un sector del gobierno que considera como positiva la inflación generada por incrementos salariales desprendidos del valor de la productividad, lo que esconde un pensamiento colectivista del más rancio socialismo pasado de moda. Esa sería la “inflación virtuosa”.
La inflación dañina seria aquella en la que los salarios corren detrás del costo de vida.
Bajo esta óptica que parece ser que es la lente por la que los gremios aeronáuticos ven al transporte aéreo, los salarios –por dogma- deben crecer por arriba de la productividad y eso justificaría que Aerolíneas Argentinas, merced a los subsidios diarios que recibe del gobierno, esté entre las empresas que pagan mejores salarios comparado con su productividad, no sólo del capital sino del rendimiento personal.
Según Diego Cabot, periodista del diario La Nación, Aerolíneas Argentinas tendría pilotos para una flota de 110 aviones, sólo tiene 80 y operativos alrededor de 50.
¿Cuántas horas volará por mes cada piloto? Me dicen que el promedio estaría por debajo de las 50 horas.
No es necesario ser auditor del FMI para advertir que esta situación es intolerable.
Según versiones que circulan reservadamente y de las que debo decir nadie se hace cargo, en algún escritorio de algún funcionario del actual gobierno habría un “paper” según el cual estaría diagramado un “ajuste” para Aerolíneas Argentinas, que significaría una disminución de sus pérdidas y obviamente una reducción de los subsidios que recibe por parte del Estado.
Algunos cuentan que desde la propia empresa se habría filtrado parte del contenido de ese “paper” que podría ser como aquella novela “el paper que nunca existió”, y que se trató de una maniobra bien para desorientar al rival, en este caso los gremios aeronáuticos, o bien para hacerles creer lo del ajuste para que moderen sus pretensiones al máximo. Tengamos en cuenta que su dirigencia (gerentes en exceso y directores) son parte del problema.
Según cuentan otros el máximo de aumento salarial no superaría el 33%, sin revisión posible alguna. Esto marcaria límites al “ajuste” del que se habla.
Los gremios aeronáuticos deberían estar pendientes de la negociación con el FMI, ya que si no hubiera negociación o solo una suerte de “waiver” por un plazo de no más de 18 meses, ¿quién le prestaría o invertiría dólares en Argentina…?
Sin dólares no se pueden pagar los leasings de los aeroplanos…
El FMI, contrariamente a lo que dice el presidente, no impone plan alguno, solo quiere saber que piensa hacer la Argentina, que es algo muy distinto. El FMI hace preguntas que tienen por respuesta sólo mentiras, por eso decíamos en otro portal que el FMI le estaría diciendo al gobierno “Que es pecado mentir”.
Lo cierto, sin presupuesto, que implica no tener plan económico ni siquiera para una semana, sin ideas y con una oposición desorientada que virtualmente cogobierna, ya que sin consensos no será posible legislar en su sentido más amplio, no sólo el transporte aéreo abre una incógnita con sabor a dilema, que como se sabe para el caso, las soluciones alternativas serían igualmente malas, hay otra incógnita más grave, ¿que será de nosotros…?
Portal de América