por Luis Alejandro Rizzi, desde San Martin de los Andes
En poco más de 45 años, este “pueblo”, dicho cariñosamente, tuvo un crecimiento impresionante, pero lo especial de este proceso, es que el pueblo creció ordenadamente, manteniendo un estilo que lo hace diferente. No es fácil definir la palabra “estilo”, pero yo diría que es “una forma de ser” que nos diferencia no solo a las “gentes”, sino a los pueblos, a las naciones y a los continentes.
La Unión Europea está integrada por casi 30 países, muy distintos entre sí, desde Finlandia a Grecia, no tienen nada en común, salvo esa particularidad de ser “europeos".
Ahora Ucrania está siendo invadida y castigada despiadadamente por querer mantener su estilo de vida y querer integrarse a Europa, ese es su gran pecado, que además tiene la connotación de querer mantener como organización política el sistema republicano democrático, algo que Rusia y China en su documento firmado el pasado 4 de febrero, decidieron limitar, a los fines políticos de los imperios autocráticos como lo son, para ellos la República y la democracia significan un único poder de gobierno absoluto y la posibilidad de votar a un solo partido, pero además en ese documento se impugna el deseo de los pueblos para cambiar de régimen político y se pretende limitar por la fuerza militar la atracción que siguen ejerciendo los países occidentales.
Pues bien, y entendámoslo, Ucrania esta defendiendo “su estilo de vida”, con esfuerzo, sudor, sangre y lágrimas, como lo recordó Zelensky, su presidente, ante el parlamento inglés.
A más de doce o trece mil kilómetros, estamos en otro mundo que también sufre por Ucrania, pero la belleza del Lago Lacar, del Monthue, pequeñas “villas” como Quila quina, Yuco, Hua-Hum casi límite con Chile, un límite que, si bien es oficial, en el resto de la geografía se hace difícil saber cuándo estamos en un país o en el otro, allí las fronteras son difusas.
El paseo a bordo del “Patagonia”, un barco con capacidad para 115 pasajeros, cuesta hoy u$s 75 por persona, al cambio oficial, al “otro” la mitad. Nosotros hicimos la travesía el sábado 12 y nos acompañaban más o menos 60 personas. Para la gente común, es caro dado que la base de ingresos en el décimo decil, el más alto, está en alrededor dé los $140.000, u$s 700 al tipo de cambio de verdad.
Navegar por el Lacar es un verdadero placer, y a la vez nos permitió enterarnos de fenómenos geológicos ocurridos hace miles de miles de años. El cerro abanico, cuyas paredes lucen como los pliegues de un abanico, de allí su nombre, originariamente era un volcán que se partió y enfrente se podría ver la otra parte. Pudimos ver un volcán por adentro…
También anduvimos a bordo de nuestro 408 por los sinuosos caminos que llevan a las “playas” de Yuco, una playa de grandes piedras que hace que el sol nos coloree la piel con ese reflejo del agua del Lacar y sus rocas.
Este muy bello destino tiene otros atractivos, como el volcán Lanín y a su pie los lagos Huechulafquen y el Tromen, en fin, imposible no sentir el verdadero placer de disfrutar la perfecta estética de la naturaleza.
Cabe alguna crítica sobre la calidad de algunos alojamientos. Nosotros elegimos “Las Cabañas del Lacar", en la calle Juez del Valle, cuyo precio hacia presumir un buen nivel de atención, pero no fue asi.
Teniendo en cuenta que pagamos la estadía de siete noches el 29 de noviembre pasado y ocupamos una cabaña a partir del pasado día 6, el precio diario es de u$s 136, al TCF oficial serian u$s 237 o $ 27.040, por día.
La cabaña tenía dos ambientes, en la parte superior en un ambiente integrado el living y cocina con baño completo, con linda vista al lago Lacar, la de abajo, el dormitorio, pero con vista limitada al lago ya que la ruta asciende por una suerte de terraplén que dificulta la vista al lago,
La vajilla que ofrece el complejo se limita a lo mínimo, no hay ni copas para vino ni champagne, como encontramos en otros establecimientos en viajes anteriores.
El servicio de lavandería no ofrece planchado y son insuficientes los placard para guardar ropa, teniendo en cuenta que son destinos que en esta época del año hay que llevar ropa de verano, estamos con una temperatura promedio de 25 grados entre las 11 de la mañana y las seis de la tarde y por debajo de 12 a 14 el resto del día.
El personal muy cordial, pero cuando pedimos que nos explicaran las bicicletas del gimnasio, no conocían su sistema de funcionamiento
No hemos visto relación entre precio y calidad del servicio que no solo se limita al alojamiento y desayuno.
Si pensamos en el turismo internacional, que es más exigente, podríamos entender por qué la cuenta del sector es negativa.
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