por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
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Independientemente del contexto, y desde antes de la declaración de la emergencia, desde mucho antes, nosotros veníamos pregonando la necesidad de que el turismo en Uruguay diera un giro de 180 grados.
La administración anterior del Frente Amplio, dejó al turismo uruguayo en uno de los peores escenarios que recuerde la historia de nuestro país.
14 hoteles cerrados solamente en Montevideo.
Decenas de restaurantes cerrados.
Desconectados vía aérea del mundo real.
Multimillonarios créditos en dólares que hay que pagarle al BID (Banco Interamericano de Desarrollo) dilapidados en caprichos como el Centro de Bienvenida de Colonia; los olvidados clusters buenos para nada; o el zafarrancho del Corredor de los Pájaros Pintados, que finalmente, asombra e indigna a mucha gente ahora (nosotros lo venimos denunciando desde hace mucho tiempo).
Llevamos casi seis meses de la nueva administración. Los primeros de ellos fueron encarados por los nuevos funcionarios -como lo impuso la situación-, al mejor estilo de "bomberos", para apagar buena parte de los incendios en el sector, por la inactividad total y sorpresiva de todas las empresas relacionadas.
Hay dos campanas, la oficial dice que nunca antes se le había asistido como ahora al empresariado. La privada dice que no es suficiente y que las empresas requieren liquidez para no sucumbir y que en ese sentido, los créditos ofrecidos por la banca privada en el actual contexto son impagables y que los de la banca estatal no tienen nada de "blandos".
Nosotros creemos que ambas partes tienen su porcentaje de razón, pero de lo que estamos convencidos es que ninguna de las dos "instaló" el tema con la gravedad y la premura que tiene.
En momentos como el actual, "hay que ser y parecer" más que nunca.
No vemos discutir los grandes temas del turismo uruguayo por ningún lado.
No los vamos a reiterar aquí, hace años que los venimos publicando en este espacio de columna personal y en el editorial, donde se expresa la opinión de nuestro medio.
La pandemia no terminó, debemos seguir cuidándonos para que no se le haga el "campo orégano" a más imbéciles como los de las fiestas del 24 pasado, pero si hay un país que se puede permitir decir que está ingresando ya en la Nueva normalidad, es Uruguay. Por los resultados sanitarios, por todo lo que ha ido marcando el GACH y se ha ido ejecutando.
Pero no hay nada nuevo en nuestra actividad, ni siquiera en turismo interno, y de conectividad mejor no hablemos.
Se está desperdiciando este tiempo de escasa o nula actividad para "Pensar el turismo", algo que cuesta mucho por estas latitudes. Da toda la impresión que dormimos la siesta de la pandemia, salpicada con las campañas por las elecciones departamentales. Tiempos políticos, los de siempre.
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