por Sergio Antonio Herrera, desde Punta del Este
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No hay nada que decir

Hace unos instantes, en el chat interno del PDA, a los efectos de ir armando la producción del primer programa de Portal de América Radio, luego de intercambiar ideas acerca de las últimas declaraciones del conjunto de eternos entrevistados del turismo, le dijimos a nuestros compañeros: "Creo que para los próximos programas de Portal de América Radio, deberíamos tener el mínimo posible de invitados, muy seleccionados, y darle más tiempo nosotros". Claro, además de dedicarnos a esto, tenemos la suficiente humildad como para seguir estudiando, actualizándonos y consultándole a quienes saben más que nosotros. Respetamos a nuestros seguidores, en su inmensa mayoría, entendidos en turismo y aviación comercial.

El turismo interno es parte de la nada

El turismo uruguayo nace por generación espontánea a influjos de las clases acomodadas de Buenos Aires y alrededores que no soportaban la canícula del estío y buscaban costa para sus largos veraneos de la segunda parte de la primera mitad del siglo veinte. En Uruguay fuimos siempre reactivos, jamás propositivos y hasta ahora, "no nos hemos dado cuenta" que solamente con "Sol y playa" no le ganamos a nadie. En este siglo, con la velocidad de cambio de la tecnología, las costumbres variaron radicalmente y en el mundo, los períodos vacacionales de sol y playa se fueron acortando, las obligaciones laborales y empresariales de los viajeros fueron acomodando los tiempos de los mismos y se puede decir que globalmente, en promedio, los mismos fluctúan entre una y dos semanas. En el mundo entero existen y funcionan las tres ramas del turismo: a) emisor; b) receptivo y c) interno o nacional. Nosotros fuimos adaptándonos a las modas en el expeditivo; fuimos de alguna manera mejorando los servicios del receptivo y no hemos hecho casi nada, históricamente, en el turismo interno. Jamás imaginamos que de la noche a la mañana, el trabajo, el sustento, la sobrevida de la mayoría de los actores del sector pasase a depender del turismo interno como ahora y a la vista está, tampoco supimos hacerlo. Cierran hoteles, cierran restaurantes, los agentes de viajes deben reciclarse y trabajar en lo que puedan.

El Ojímetro

En medio de ese desolador panorama, luego de muchos años de declaraciones tribuneras desde el MINTUR, que llegaron a afirmar el disparate de que alguna vez tuvimos 4 millones de turistas, nos enfrentamos en esta nueva administración, en sus primeros tiempos, al sostenimiento de mediciones parecidas pero últimamente, hay -creemos que oportuno- silencio al respecto, con el elogiable agregado del anuncio de días atrás que se buscará al menos tener mayor exactitud con una App en desarrollo con datos directos del hotel a Población flotante del Ministerio del Interior, que incluyan ocupación y tarifa promedio. Precisamente, en la presentación de esta novedad en las oficinas de la calle Gorlero, el Subsecretario Monzeglio dijo: "Estamos trabajando junto a las gremiales de la hotelería de todo el país para evitar utilizar aquello que definíamos como el Ojímetro". Como lo resaltaba este lunes 18 en su programa "Noticias de 8 a 10" Miguel Muto, cuando nos entrevistaba, nosotros desde hace años venimos utilizando esa definición para denominar al "masomenismo" que se usa siempre, invariablemente, cuando se habla de datos estadísticos del turismo uruguayo.

Hace pocos días tuvimos un fuerte encontronazo con la presidente de la CAMTUR Marina Cantera, cuanto posteamos lo siguiente

Posteriormente, tuvimos un encuentro que habíamos pactado oportunamente y grabamos una entrevista audiovisual que decidimos no publicar, al ver la reacción que le provocó a la empresaria nuestra argumentación contundente en el sentido que el anunciado Monitor Turístico que está haciendo esa institución, es más de lo mismo, o sea Ojímetro puro.

Redactamos una columna (contando en detalle la frustrada entrevista) que también decidimos no publicar, como una demostración de nuestro afán constructivo, a pesar que para ello, trabajemos con un estilo tan frontal y transparente que incomoda a mucha gente, Marina Cantera incluida.

Basta decir como ejemplo que el flyer distribuido por CAMTUR (que curiosamente nunca nos llegó) con supuestos datos estadísticos del 4 al 10 de enero de varios destinos turísticos del país, en relación a Maldonado, titulaba: "Alquileres están en un 35% en fin de semana" y en su confuso texto decía textualmente: "MALDONADO La cantidad de alquileres en destino es de 90.000 camas. La semana pasada la ocupación fue de un 25% mientras que el fin de semana subió a 35%. El 70% de los que alquilan son del extranjeros o provenientes del exterior (sic) y 50% de uruguayos residentes."

En esta parte de este artículo, utilizaremos a modo de resumen, un pasaje de la columna no publicada : "...refiriéndonos concretamente a Maldonado, intentamos conseguir información y supimos que no habían datos de gastronomía ni de hotelería y que lo que se había publicado respecto al sector inmobiliario era la más pura demostración de lo que es el Ojímetro. Se desconoce el universo de la propuesta de camas parahoteleras. Hasta ahora suponíamos que habían unas 200 mil en total, pero se nos dijo el viernes por parte del referente del sector que consultamos que eran 400 mil!! y que las que "siempre se ponen en alquiler son -más o menos- 90 mil". Que habían unos 30 mil propietarios  en Maldonado y que se habían producido unos 27 mil alquileres. Que el porcentaje subía los fines de semana porque venían los propietarios desde Montevideo. Dijimos que hablábamos de turismo, que los propietarios no nos interesaban sino los alquileres, entonces nos dijeron "que hay como 27 mil". Cuando consultamos de dónde salía el dato que había 70% de extranjeros y 30% de residentes, se nos respondió que se había entendido mal ese dato por parte de la CAMTUR, que no era de ahora, sino lo que ocurre en tiempos normales."

Aprovechar el tiempo y trabajar

Creemos que todos los integrantes del turismo uruguayo debemos aceptar que estamos tocando fondo y que en vez de seguir con las costumbres de siempre, hablar por hablar, deslumbrarse con los micrófonos y las cámaras y seguir contribuyendo a la decadencia de una actividad ninguneada por propios y extraños, deberíamos ponernos a trabajar en el mayor silencio posible y contratar auditorías de forma urgente.

Desde el Ministerio de turismo trazar un plan definitivo de administración hasta el final del período, estableciendo pautas claras luego de recibir el asesoramiento necesario y debatirlo con el empresariado. Ya lo hemos dicho y lo podemos reiterar, es imprescindible recibir asesoramiento externo, sería una muestra clara de inteligencia política. En ningún ámbito, todos saben todo.

Por su parte el empresariado de una vez por todas debería profesionalizar la actividad. Generar una institución realmente representativa, con espalda política, técnica y financiera, que le permita -como se hace en los países exitosos- marcarle el camino a todos, incluidos los gobiernos de turno.

Aprovechar el tiempo precioso y en vez de mandar y recibir planillas Excel que lleven y traigan datos incomprobables, hacer un plan que incluya demostrarle al gobierno que el turismo no puede seguir soportando una Dirección Nacional de Migraciones que no tenga en cuenta a la actividad en absoluto y que no le proporcione los datos que necesita. Irrumpir en el Parlamento (como es debido, no como los Trumpistas en el Capitolio) y cambiar el mamarracho de ley de turismo vigente. Ocuparse de sumar fuerzas con la materia gris aeronáutica que hay en el país y hacer proyectos para recuperar la conectividad y la adecuación tarifaria; elaborar de una buena vez, no solo un calendario de eventos sino una muestra lo más amplia posible de actividades que excedan el sol y playa para mover los diferentes destinos. Invitar a trabajar conjuntamente -si es que en verdad seguimos pensando que el turismo es transversal-, a los pesos pesados de la economía local que supuestamente se beneficiarían con el crecimiento del turismo, como los frigoríficos; las embotelladoras de bebidas; las cadenas de comida rápida y los grandes emprendimientos gastronómicos, incluidos los importadores de materia prima para el sector; las empresas constructoras; los bancos emisores de tarjetas de crédito y todos los similares, sin miedo a perder protagonismos. Una institución de ese calibre, entraría todos los días sin que la llamen y casi sin anunciarse a presidencia y a cualquiera de los ministerios.

Entonces

Ta, al mejor estilo uruguayo ¡ta!, seguimos trabajando gratis y lo de este artículo ya fue un exceso.

Portal de América