por Sergio Antonio Herrera, desde Viena
Con bastante antelación teníamos reservadas las entradas para el concierto de música clásica que ofrece la oportunidad de disfrutar de la belleza de una de las salas con más historia de Viena y de un concierto con un programa elegido para los amantes de la ciudad imperial.
Los conciertos tienen lugar en la Orangerie del Palacio Schönbrunn, donde el mismísimo Mozart se tocó en 1786. La Orquesta Vienesa del Palacio de Schönbrunn interpreta, acompañado de solistas las melodías más famosas de Wolfgang Amadeus Mozart y Johann Strauss.
Desde el primer concierto en el año 1997, los conciertos palaciegos de Schönbrunn han llegado a formar una parte escencial de la vida cultural y musical de la ciudad de Viena. Dentro del tradicional invernadero del palacio de Schönbrunn en Viena, la orquesta palaciega y el conjunto de cámara de Schönbrunn interpretan las melodías más bellas de Wolfgang Amadeus Mozart y Johann Strauss. El programa cambia a diario.
Fue realmente un placer disfrutar de esta velada como primer acto de esta visita.
Ya el martes pudimos llegar a recorrer el exterior del Palacio de Belvedere, al Pabellón de Secesión para disfrutar de la obra cumbre de Gustaf Klimt, el Friso de Beethoven de 1902 y posteriormente una segunda llegada al Palacio de Schonbrunn, al Albertina Museum para disfrutar entre otros, a Monet y Picasso y ver la fabulosa Catedral de San Esteban.
En esta jornada de miércoles nos espera la visita interna al Belvedere y por la tarde, Tristán e Isolda en La Ópera de Viena.
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