El revuelo generado por el anuncio de este viernes del Gobierno en funciones de Países Bajos, en el que se ha confirmado la reducción de la capacidad aérea del aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol en más de 40.000 vuelos para el próximo año, ha levantado ampollas en Estados Unidos (EE. UU.). La molestia por ruido causada a los vecinos del entorno del recinto ha motivado esta medida, que reducirá de 500.000 a unos 452.000 las rutas operadas desde y hacia la capital neerlandesa.