por M. G. Hontoria
Corrían los años 90 cuando un empresario canadiense decidía embotellar agua artesiana en la isla de Viti Levu, Fiji, y exportarla hasta el otro lado del planeta. Nacía así Fiji Water, llamada a convertirse en el agua de los famosos. Su fundador David Gilmour vendería la marca en 2004 por 50 millones de dólares, pero nunca rompería sus lazos con este archipiélago de aguas turquesas, sinónimo de nirvana para casi todos los mortales, que se encuentra a 10 horas de avión de Hong Kong y otras 10 de Los Ángeles.

Una piscina privadan del Wakaya Club & Spa.
El magnate lleva aireando las virtudes de Fiji más de medio siglo. Es dueño de una de sus 333 islas, Wakaya, donde regenta el exclusivo resort Wakaya Club & Spa. Aquí vienen sus amigos: Bill Gates y su mujer Melinda, Rupert Murdoch, George Lucas, Michelle Pfeiffer, Robert Zemeckis, Paris Hilton, Tom Cruise... y los Reyes de España, que se alojaron en Vale-O, una de las villas más maravillosas del Pacífico en su luna de miel.

La villa Vale-O del resort de Gilmour.
Pero no hace falta hacer migas con Gilmour para alojarse en el Wakaya Club & Spa, que cuenta con diez casas o bures de bambú donde comerse a bocados este edén tropical desde 1.900 dólares la noche a 2.400, dependiendo de si prefiere vistas al mar o al interior de la isla. Se recomienda alojarse al menos cuatro noches para disfrutar de todos los tesoros del resort.

Las vistas al oceáno de Laucala Island.
El Wakala Club tiene un rival desde hace algunos años en Laucala Island, otro resort en una isla privada que forma parte de la colección Leading Hotels of the World. Es propiedad de Dietrich Mateschitz, el creador de Red Bull y dueño de un puñado de equipos de Fórmula Uno y otros deportes extremos, la verdadera obsesión del enigmático austríaco.

Una de las terrazas del resort de Mateschitz.
Laucala Island cuenta con 25 villas, cinco restaurantes, un spa, una granja orgánica, una flota de 14 barcos de distinta eslora y un campo de golf de 18 hoyos diseñado por el escocés David McLay Kidd (el mismo que diseñó el campo de The Castle en St. Andrews) con espectaculares vistas al océano Pacífico. Pese a que todas las villas esconden una piscina privada, el resort cuenta con una piscina-laguna de más de 2.000 metros cuadrados rodeada de palmeras para el disfrute de sus afortunados huéspedes (aquí se casó Elle Macpherson, por ejemplo).
Portal de América - Fuente: www.ocholeguas.com