Desierto de Atacama, la nueva joya chilena
Miércoles, 21 Enero 2015 23:10

Desierto de Atacama, la nueva joya chilena
Un cielo nítido salpicado de estrellas, hogar de pueblos indígenas, vestigios arqueológicos y dunas labradas por el viento. Esas son algunas de las bellezas que ofrece el desierto más árido del mundo, el Atacama, en el norte de Chile, recomendado por la guía de viajes Lonely Planet como destino imprescindible para el 2015.
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“Cada vez recibimos más turistas, principalmente europeos y brasileños, aunque estamos abriendo nuevos mercados”, destacó Marcela Godoy, directora de la oficina del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) de San Pedro de Atacama.
En su comentario sobre el destino chileno, Lonely Planet destaca su fama a raíz del rescate de los 33 mineros, en el 2010; su singular paisaje, los cielos despejados y la rica gastronomía.

El desierto chileno es lugar de observatorios astronómicos –entre los que se encuentra el Proyecto Alma y Cerro Paranal–, al concentrar el 40 por ciento de los principales telescopios del planeta, lo que se ha convertido también en un gran atractivo.

Pero no solo de su cielo vive Atacama. El altiplano cuenta con una rica influencia de pueblos indígenas (aimaras y atacameños), que siembran el desierto de fiestas tradicionales y pequeños enclaves.

El lugar también ofrece un gran número de actividades para deportistas, que van desde rutas a partir de las lomas de volcanes como el Licancabur, de 5.920 metros de altura, al descenso de imponentes dunas, pasando por paseos a caballo.

Los lugares más visitados son el Valle de la Luna y el Valle de la Muerte. También, los géiseres de El Tatio, cuyo nombre significa ‘el abuelo que llora’, haciendo alusión a los espesos chorros de humo que brotan de la tierra. Son el grupo más grande de géiseres del hemisferio sur y el tercero más grande del mundo, después de los de Yellowstone (Estados Unidos) y Dolina Giezerov (Rusia).

Estando en Atacama no se pueden dejar de visitar las lagunas Cejar y Temenchique, adornadas por el paisaje seco del desierto, y que se pintan de rojo con la puesta del sol. El salar de Tara, con sus rocas filosas, es una de las excursiones imperdibles. También es posible darse un baño con las aguas saludables de las termales de Puritama.

La ciudad más cercana, San Pedro de Atacama, es tierra de etnias indígenas, hoy dedicadas a la agricultura y el turismo.
En la antigua plaza, su iglesia, que data de 1774, va revelando las costumbres de sus habitantes: esqueleto de madera de cactus, adobe y vigas de algarrobo amarradas con cuero. Muy cerca está el Museo Arqueológico R. P. Gustavo Le Paige, donde los visitantes descubren momias y objetos cotidianos que revelan la riqueza de las culturas de la zona. Es un pueblo decorado con tiendas de artesanías, hostales y restaurantes, todo, en medio de un ambiente bohemio.

Portal de América - Fuente: EFE, publicado por www.eltiempo.com

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