Cuando en marzo de 2007 visitó nuestro país el por entonces presidente de los Estados Unidos, George Bush "El muchacho que sabe" nos dijo: "Revisen las estadísticas del Mintur este mes, van a ver como creció el número de norteamericanos ingresados por turismo". Esta humorística aseveración fue realizada en aquella oportunidad en directa alusión a la numerosísima comitiva oficial que acompañó al mandatario, donde destacaba una inmensa cantidad de efectivos militares asignados a la seguridad del mandatario.
Luego de leer las declaraciones de la ministra de turismo, reapareció "El muchacho que sabe" y esta vez nos preguntó: ¿Imaginan cuántos argentinos cruzarían el charco si Francisco viene a Uruguay ahora que aún no visitó su propio país?.
No nos animamos a dar una estimación numérica para responder a la interrogante planteada ante esa hipótesis, pero, volvimos a escuchar en la voz de nuestro informado amigo: "Mirá, seguramente sería un caos, colapsarían todas las vías de acceso, se agotaría el alojamiento, se saturaría la oferta gastronómica y hasta se afectarían las conexiones a Internet por exceso de demanda. Para que se hagan una idea, para que puedan comparar, -insistió-, piensen en lo que fue el último recital del Indio Solari en Olavarría y el desastre que produjo. No quiero pensar lo que pasaría si viene el Papa en el actual contexto a Uruguay".
Sería una locura.
Pero hay algo que no variaría.
Inmediatamente a terminar la visita papal, Kechichian atomizaría todos los medios masivos hablando del nuevo récord de turistas ingresados y de divisas generadas.
¡Ma que tres millones!
Como en la noche de los descuentos en los shoppings montevideanos, hay que sacarle "el IVA" a los números oficiales, tarea que casi todos olvidan.
Somos ese casi.
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