En Lima, el aeropuerto Jorge Chávez, legendaria terminal, pionera puerta de entrada del subcontinente austral para el turismo del hemisferio norte, también se renueva, hay un plan que culminará en 2024 pero que dos años antes, en 2022, tendrá pronta su segunda pista y una serie de mejoras entre las que se cuentan modernas salas VIP.
Estados Unidos por un lado registra una primera inversión de más de 800 millones de dólares, a cuenta de la inversión total que supera los tres mil millones para actualización de 47 terminales en toda la Unión. Pero solamente el Condado de Dade, resolvió aprobar una inversión de 5 mil millones verdes para comenzar un trabajo de 15 años que permitirá llevar la capacidad del Aeropuerto Internacional de Miami a 77 millones de pasajeros.
Panaamá ha multiplicado el área de Tocumen de modo exponencial.
Brasil concesionó varios aeropuertos y por ejemplo, Aena, la aeroportuaria española con una inversión de más de 400 millones de dólares, se apresta a comenzar a inicios de 2020, la operación de seis aeropuertos de la creciente zona del Nordeste.
Estos son solamente algunos pocos ejemplos de lo que está ocurriendo a nivel global en materia aeroportuaria, pero quisimos pasar por ellos, a modo de introducción de la lectura que hacemos de nuestra realidad, la de Uruguay.
El ministro Víctor Rossi, que está -de salida-, dejó bien en claro que el país necesita colocar en situación operativa, a varios aeropuertos estratégicos del interior del país. Pero "deja el mandado", él no lo encarará, como así tampoco el Plan Maestro que ha promovido y que la OACI ha sugerido.
Tampoco -al parecer- veremos a corto plazo la ejecución de las obras en el Aeropuerto de Carrasco que dependen del Estado.
Todo aquello que dependía de la concesión ha sido realizado, pero seguimos esperando que desde el Estado llegue el nuevo ILS que pueda llevarnos a la categoría III y ni que hablar que sería genial dotar a todos los trabajadores de las elementales medidas de seguridad, como por ejemplo, autorización de Bomberos de la Torre de Control y una escalera exterior que posibilite no quedar pura y exclusivamente -en caso de siniestro- a expensas de algún helicóptero.
Tenemos una joyita como puerta de entrada generada por privados, pero a nivel estatal, aunque cueste creerlo, no hemos hecho nada por alimentarla, por el contrario, la hemos saboteado de hecho por ineptitud directriz en la gestión pública.
Por ello lo del título. "Por ahí" entendieron de que va la cosa, mientras por estas tierras, cada día más ajustamos la venda que nos pusimos en los ojos.
Está muy complicado el contexto, pero al parecer a la gran mayoría no le interesa.
Portal de América