Boeing: crisis del 737 MAX ¿es el final?
Lunes, 23 Diciembre 2019 20:30

Dennis Muilenburg, en una comparecencia celebrada en abril. Dennis Muilenburg, en una comparecencia celebrada en abril. JIM YOUNG REUTERS

"El consejo de directores ha decidido que es necesario un cambio de liderazgo para restaurar la confianza en la compañía mientras sigue adelante la tarea de reparar las relaciones con los reguladores, los clientes y todos los afectados". Así se expresa Boeing en un comunicado, en tanto da a conocer el cese de su consejero delegado, Dennis Muilenburg.

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El presidente de la empresa, Dave Calhoun, reemplazará a Muilenburg el 13 de enero, y el jefe financiero, Greg Smith, asumirá el timón durante estas semanas de transición.

Esta es la crisis más grave que ha pasado en la centenaria Boeing, uno de los grandes símbolos del poderío industrial de Estados Unidos, con daños económicos y de reputación que la han llevado a suspender la producción del 737 MAX a partir de enero.

El daño alcanza asimismo al regulador de la aviación estadounidense (FAA, en sus siglas en inglés), que ha hecho evidente que la nueva autorización se demorará. Recordemos que tanto la primera respuesta de Boeing como la de la FAA han quedado en entredicho, ya que en las pruebas que se llevaron a cabo tras el primer accidente mostraron que el problema técnico podía volver a producirse.

Hasta ahora, en Bolsa, los títulos de Boeing han bajado un 25% en los 10 meses desde que comenzó la crisis,  y se calcula que los costos han alcanzado los 8.000 millones de dólares.

Desde que el primer aparato se estrenó en mayo de 2017, la compañía había logrado poner unos 350 en el aire y acumulaba una cartera de pedidos en firme de 4.636 unidades a marzo de 2019.

Además del costo de suspender la fabricación de los 737 Max, de los cientos de unidades fabricadas y no entregadas, Boeing deberá enfrentar enormes indemnizaciones a las aerolíneas que no pueden volar este modelo y a todas aquellas que tienen entregas pendientes.  Asimismo, la suspensión provocará un efecto dominó en las compañías que le suministran componentes como Spirit Aerosystems, General Electric, Honeywell o United Tecnologies.

Hace 50 días Sergio Antonio Herrera comenzaba su columna "A pesar de todo, "salvemos" a Boeing, pero..." diciendo "Valiéndome de mi declarada profanidad en materia de aviación comercial, pregunté hace unos cuantos meses si no sería mejor para Boeing discontinuar el 737 MAX." Y seguía: Ya nada será igual. ¿Con qué autoridad moral la ex-impoluta FAA va a exigirle de aquí en más al mundo que haga caso de sus reglas? ¿Cómo va a salir Boeing de este embrollo? ¿Sus clientes que tienen flota monomarca lo seguirán prefiriendo o...aplicarán la vieja regla casera de poner los huevos en diferentes canastas? Nada menos que en el Congreso de los Estados Unidos se escuchó que los MAX son "ataúdes voladores", ¿cómo se regresa de eso?

Finalmente se suspendió la fabricación, cesaron al principal de la empresa, hay enormes dudas del  futuro. Lo del título, ¿es el final? Si es así, ¿de qué?

Portal de América

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