Pedro Serrahima llegó hace menos de un año al cargo de nueva creación como director general de Globalia a la par que Javier Hidalgo era designado CEO del grupo, replicando el tándem que ambos formaron en Pepephone y que terminó con la millonaria venta del operador telefónico.
Pedro Serrahima ha tenido que afrontar estos meses una situación compleja por el estado en el que se encontró Globalia, con multas millonarias y una gran cantidad de dinero retenido en Venezuela, que se han traducido en importantes pérdidas en su último ejercicio, además de producirse un goteo de salidas en Halcón Viajes que han dejado a la red sin director general en pleno verano, y como guinda desde junio cuentan con un accionista y tenedor de la deuda nada amigo como el Banco Santander.
Los motivos que explicarían estas salidas serían las peleas familiares que vienen caracterizando el funcionamiento interno de Globalia, con hermanos cada uno por su lado y con el padre Juan José Hidalgo a veces alejado del día a día pero con todo el peso final de las grandes decisiones.
En sus primeros meses en el cargo, Pedro Serrahima aportó un talante conciliador que fue muy agradecido tanto en la industria como en el seno de su propia empresa, aunque con el tiempo ha ido dejándolo de lado ante la magnitud de los problemas y la intensidad de las tensiones que suele ser común en la rutina de un grupo con unos dueños tan pasionales.
Portal de América - Fuente: arecoa