La primera medida será inspeccionar 220 motores mediante ultrasonidos, ya que intuyen a falta de confirmación técnica, la posible incidencia de la fatiga de material de la pieza que se fracturó, provocando la explosión, y cuyos fragmentos impactaban con la ventanilla quebrándola, provocando la descompresión, dado que el nivel de vuelo en ese momento era FL320. Además se producían importantes daños en los flaps, slats, y otras zonas del ala, soportando afortunadamente la estructura alar dichos impactos.
La NTSB a través de su presidente Robert Sumwait ya apuntaba a la fatiga como un factor a tener en cuenta desde el primer momento. Safran y General Electric son los fabricantes de los motores CFM56, que comenzando por los que tienen más ciclos están siendo revisados exhaustivamente por la aerolínea afectada, cuyo primer accidente mortal fue el del pasado lunes en 51 años de historia.
Son las propias aerolíneas las que ya están implementando en todo el mundo medidas urgentes para la inspección, dado que es el B737 el avión más vendido de la historia, y muchas las unidades con este motor. Era la segunda vez que había en poco más de un año un incidente de estas características en un avión de Southwest.
Están recopilando datos técnicos para evidenciar la increíble pericia de la tripulación que en esas condiciones consiguió aterrizar el avión en Filadelfia. La piloto al
mando era una mujer.
Portal de América - Fuente: Aviación Digital