Y ya tiene conclusiones. Es lo que ya todo el mundo daba por hecho: el avión fue entregado por Boeing sin cuatro tornillos. Por eso es normal que los tripulantes no notaran nada al hacer la habitual inspección visual del avión. Exactamente, el informe dice que: “no existe daño ni deformaciones en la zona de los agujeros vacíos”, de manera que la portezuela, que en realidad sólo era una tapa porque no se podía abrir desde dentro, podía moverse verticalmente.
Los cuatro tornillos que faltaban habían sido quitados por empleados de Spirit Aerosystems para acceder a una zona en la que había unos remaches dañados. Los operarios reemplazaron los remaches, pero no pusieron los tornillos de nuevo en su lugar.
Dave Calhoun, el CEO de Boeing, reconoció que “cualesquiera sean las conclusiones, Boeing es responsable. Un hecho como este no debe ocurrir en un avión que abandona nuestros hangares. Tenemos que ser mejores para los clientes y los viajeros. Estamos poniendo en marcha un plan de calidad muy completo que debe cambiar nuestra forma de trabajar”.
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