El turismo, además de ser una simple actividad de lucro para el sector privado, se erige como un generador clave de riqueza para las arcas públicas. Esta riqueza puede convertirse en una herramienta eficaz para la gestión de programas sociales si el gobierno adopta una visión estratégica desde el principio de su mandato.

El turismo consta de tres patas fundamentales: el emisivo, el interno y el receptivo. El turismo emisivo, que opera según las dinámicas del mercado, requiere una intervención gubernamental mínima, el control necesario para garantizar su desarrollo sostenible.

En el turismo interno, vinculado estrechamente a la realidad económica del país, el gobierno central debe asumir un papel más activo como la formulación de planes de promoción y, en algunos casos, la aplicación de subsidios para áreas y destinos que puedan haber sido postergados. Es crucial distinguir el turismo interno del turismo social, reservando la gestión de este último para organismos especializados en desarrollo y bienestar social, y no para el ministerio o secretaría de turismo.

Donde la atención estratégica, promocional e inversora debe concentrarse de manera prioritaria es en el turismo receptivo, que incluye segmentos como el MICE (Reuniones, Incentivos, Congresos y Exposiciones). Este aspecto no solo contribuye a la imagen país internacional, sino que genera ingresos significativos a través de las divisas aportadas por los visitantes extranjeros.

Un componente crucial para el éxito de cualquier organismo rector del turismo es la comunicación, que no solo es fundamental para la construcción de una imagen positiva del destino, sino que es esencial para el funcionamiento ideal de la entidad rectora. La gestión de la comunicación debe recaer en profesionales competentes en la materia, que posean un profundo conocimiento del turismo y sus dinámicas.

En conclusión, la política y el turismo están intrínsecamente entrelazados, y un enfoque estratégico desde el inicio de un gobierno puede maximizar el potencial económico y social de la industria turística, beneficiando tanto a la población local como a la imagen internacional del país.

Artículo publicado en PDA Magazine Nª 2