por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo

Pero ojo, porque no todo lo puede la IA aún, y en el Turismo ese es un dato que no puede, ni debe omitirse.

¿Por qué?

Porque hay un montón de cosas que la IA y la tecnología aún no pueden hacer, como por ejemplo, adivinar lo que no sabe, predecir algo sobre lo que no tiene datos ni información precisa, y/o predecir aquello que surge desde la espontaneidad.

El Turismo se basa en experiencias y en superar las expectativas de quienes disfrutan y viven esas experiencias.

Resulta obvio que si tengo información en tiempo real, será de gran ayuda y hay que saber y poder utilizarla a favor para realizar una mejor gestión; pero hay detalles que todavía son específicos y son tareas para la persona que tiene que brindar el servicio.

El poder superar las expectativas de quien hace uso de ese servicio ofrecido, es una condición fundamental para generar ese momento que en marketing se denomina como “woow” y donde la persona se ve superada gratamente en lo que respecta a la promesa de compra que adquirió antes y que solo podrá refrendar a la hora de vivenciarla; pero para la que espera cosas básicas que no deberían faltar para colmarlo o satisfacerlo.

Esas cosas previas son individuales y fuertemente condicionadas por las experiencias previas de la persona, por sus posibilidades y por sus emociones.    En esos aspectos, la IA y las TICs tienen todavía un recorrido por hacer y ahí tenemos ventaja las personas, porque son acciones que no son fácilmente sistematizables o adaptables en base a algoritmos.

Por eso el capacitar a las personas, hacerlas sentirse parte y darles las herramientas adecuadas es un aspecto en el que realmente se puede hacer una diferencia y establecer una ventaja competitiva.     Generalmente los y las uruguayas somos vistos como personas amables, capacitadas y serviciales por los turistas que nos visitan y esa es una fortaleza que debemos poder capitalizar y sobre todo comunicar.

Otro aspecto fundamental, y que camina por otros rumbos; es el dato de que el 30% de las personas a nivel global, y según datos del Banco Mundial, aún no tienen conectividad digital.    Son 3 de cada 10 personas, que no nos van a dar datos en forma permanente como para poder prever su accionar.

Es cierto que si uno tiene un buen sistema de gestión basado en la tecnología, podrá gestionar mejor las acciones de esas personas, pero también lo es, que habrá mucho sobre ellas que habrá que descubrirlo y gestionarlo en el momento o por vía de los antiguos canales, que todavía sirven y cumplen su función.    

Por eso lo del titular inicial, sobre no pasarse de rosca.   Aún estamos en momentos donde coexisten tecnologías unas más y otras menos modernas, pero que funcionan y se complementan.

En Uruguay, por ejemplo, tenemos la suerte de poseer un alto índice de conectividad para las personas, con apenas un 10% de personas y hogares que no acceden aún a ese servicio y que se ha estimado en unos 12 millones de dólares el poder resolver el tema para universalizar el acceso.      

Está claro que esa realidad pega diferente en hogares de mayor o menores ingresos, de más o menos nivel educativo, y/o en hogares urbanos o rurales, dando lugar a la denominada brecha digital que se debe atender.    

Otro dato que no es menor es el hecho de que el 100% de las escuelas públicas uruguayas tienen acceso a conectividad digital, siendo un diferencial importante y otorgando a nuestro país un destacado lugar en lo que respecta al Índice de Desarrollo Digital, donde Uruguay figura en 2do. Lugar a nivel de Latinoamérica y 43 a nivel global, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) que mide el nivel de desarrollo del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de 169 países a nivel mundial. 

Pero en otros países, y varios de nuestra región y que son socios turísticos de Uruguay, esa realidad es diferente y pesa. 

Les recomiendo visitar ESTE enlace, donde podrán acceder y ampliar información actualizada y relevante sobre esta temática.

Para cerrar esta columna, las ideas fuerza que quiero compartir son:
1.    No podemos quedarnos quietos en cuanto el uso y adopción de las TICs, pero ojo que hay herramientas previas que todavía sirven.
2.    Tenemos que capacitar a las personas y preparar a la organización para que se puedan incorporar estas herramientas pero con una visión clara de lo que se quiere y de lo que se puede hacer.     Hay que incorporar y digitalizar procesos, pero en base a esa mirada previa, objetiva y con propósito de lo que se quiere y puede hacer. 
3.    El punto previo requiere invertir y destinar fondos para esa eventualidad.   A pesar de que existen soluciones de bajo costo o incluso gratuitas; hay que garantizar la sostenibilidad en el tiempo de estos procesos, y ahí es necesario destinar fondos.
4.    Las personas siguen siendo fundamentales en una actividad como el Turismo que es altamente intensiva en lo que respecta a la presencia del factor humano.
5.    Darle más participación a las personas jóvenes, que son nativas digitales y que en materia del uso de las TICs son más resilientes y flexibles para poder utilizarlas y sobre todo para enseñarnos a los más grandes sobre lo que se puede hacer.    Me refiero a las personas que realmente saben usar esas herramientas, porque como he comentado en artículos anteriores, no alcanza solo con ser nativo digital; hay que ser competente en el uso de esas herramientas digitales (y eso se aprende)
6.    Uruguay a nivel país tiene un recorrido previo que debe valer y que se debe analizar en forma justa para sostenerlo y mejorarlo aún más.     Tenemos hoy ventajas en ese aspecto y se deben aprovechar hoy.

Portal de América