por Ramón de Isequilla, desde Madrid, @ramonpunta
¿Que parte no entendieron, de que al turismo español le tocaron la queda?
La noticia recorrió el orbe, el segundo país con mayor cantidad de turistas en el mundo y el primer país en competitividad turística, entró ayer en “estado de alarma” requisito jurídico para establecer el toque de queda en todo su territorio.
La medida si bien legalmente finaliza el 9 de noviembre, el gobierno de la coalición de socialistas y comunistas investida con los votos de los separatistas vascos y catalanes, solicitará esta semana al Congreso de Diputados una prórroga de seis meses, finalizando el 9 de mayo, diez días antes de FITUR (por lo menos nos quedará FITUR).
La pésima gestión de la pandemia ha llevado a una segunda ola de contagios, calificada como grave y nadie en su sano juicio, puede pensar, que no se deben tomar medidas drásticas para preservar la salud de residentes y visitantes, lo cual no es óbice de que sea calificado como otro golpe brutal al turismo.
Según los registros de las autoridades sanitarias sólo el 3% de los contagios se produce en bares y restaurantes y el 80% en reuniones familiares y/o fiestas clandestinas de jóvenes universitarios, ¿el toque de queda evitará esto?, seguramente que no, las reuniones en casas particulares son inevitables, recuerdo en el Chile de Pinochet la “fiestas de toque a toque”, las más divertidas de los 70 según cronistas de la época.
Para poder entrar a un domicilio particular, se necesita autorización judicial o decretar el estado de excepción o estado de sitio, (recordando que ambas medidas excepcionales, nunca fueron decretadas durante la democracia española y los cuatro casos de estado de alarma, fueron decretados por gobiernos socialistas), por lo cual la efectividad de controlar las reuniones en domicilios particulares no pasa de ser meramente declarativa.
Como chascarrillo, para aflojar un poco la tensión provocada por el drama que estamos viviendo, algunos afirmaban ayer que para colmo la noche del sábado se atrasaron los relojes, volviendo al uso horario de invierno, y como consecuencia deberemos soportar una hora más este maldito 2020.
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