por Roberto Bennett, desde Montevideo
“La vaca siempre gana”. Con esa frase casi lapidaria me recibió el Presidente Jorge Batlle cuando nos presentaron un lejano día del año 2.000. Yo acababa de asumir como director técnico en el Ministerio de Turismo y respondí con cierta altanería que el tiempo le demostraría lo contrario y que el turismo, bien gestionado, era un generador de divisas a tener muy en cuenta. Con el paso de los años, creo que las cifras me han dado la razón. Sin embargo, no todo brilla en el sector y aún no es, en mi opinión, el momento para echar las campanas al vuelo.
Según la ministra de Turismo, Liliam Kechichián, la importancia que la actividad turística ha logrado en el país en los últimos años representa cerca de 7,5% del Producto Interno Bruto (PIB) y emplea alrededor de 100.000 trabajadores. Sin duda por delante de la ganadería, la soja y la celulosa.
Datos que no deberían sorprender a nadie.
El Ministerio de Turismo anunció con bombos y platillos hace unas semanas que el año pasado entraron al país 3,3 millones de visitantes extranjeros, superando en 12,3% la cifra de 2015, alcanzando un nuevo máximo histórico.
Según Kechichián, la tendencia positiva se debió entre otros factores a las políticas de comunicación de la marca país, la apreciación del dólar, la contención de la inflación y la devolución del IVA en las compras turísticas.
Sin entrar a discutir si las cifras reflejan o no la realidad, lo cierto es que Uruguay se subió a una ola mundial de crecimiento de las tasas turísticas, apalancadas por una consolidación generalizada de la economía mundial y potenciada principalmente por factores regionales y –en menor medida– domésticos. Al igual que en el resto de los países del vecindario, el tipo de cambio fue el principal factor que explica el éxito del turismo local.
En realidad, el turismo internacional mantuvo en 2016 un crecimiento sostenido que alcanzó su séptimo año consecutivo, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de Turismo.
América del Sur es uno de los continentes que más creció el año pasado como destino de los turistas mundiales, con un aumento de 6% en la entrada de turistas respecto al 2015.
Solo lo superan África y Asia (8%) y Oceanía (10%). Las tres Américas juntas sumaron un total de 201 millones de turistas, 4% más que el año anterior.
Por lo tanto, Uruguay no fue el único país que batió un récord en ingresos de turistas extranjeros. Sin ir más lejos, en la región se destacaron los casos de Chile y Brasil.
En 2016, Chile recibió 5,6 millones de turistas, cifra que implicó un pico histórico y un incremento de 26% respecto a 2015. Según el economista Aldo Lema –que tiene una larga trayectoria como consultor y académico en Chile–, “el país trasandino explotó el llamado turismo de compras, con visitantes que aprovechan los precios bajos de los productos importados gracias a los bajos o nulos aranceles que se imponen a esos bienes”.
Además Lema explicó que las grandes tiendas chilenas suelen aceptar bajos márgenes de ganancia cuando se paga al contado.
Otra de las naciones que superó su marca histórica en materia de turismo receptivo fue Brasil. En 2016, 6,6 millones de turistas visitaron el país norteño, que aprovechó el impulso de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y aumentó 4,8% la cifra de visitantes de 2015.
Uruguay, en tanto, se favoreció por su posición regional y el problema de competitividad del país fue disimulado por problemas mayores en ese rubro en Argentina y Brasil. Eso, sumado a la eliminación del cepo cambiario en Argentina y la aparición de señales primarias de mejoría económica en Brasil, provocó la llegada de un mayor contingente de turistas de los dos países vecinos.
Tanto en Uruguay como en Chile y Brasil, los argentinos lideraron la nómina de visitantes. A Uruguay llegaron 2,1 millones del país vecino, la misma cantidad que a Brasil. A Chile, por su parte, ingresaron 2,9 millones de turistas argentinos.
Esa inyección de turistas argentinos en la región tiene varias explicaciones. Por un lado, la apertura económica del gobierno de Mauricio Macri, que puso fin al cepo cambiario instalado por su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner, permitiendo que los argentinos accedieran a divisas extranjeras sin mayores complicaciones.
Por otra parte, la alta inflación en Argentina –que cerró el año con 31,4%, hizo que sus habitantes aumentaran su poder de compra en los países vecinos. Para los extranjeros, ir a la Argentina se volvió más caro. Para los argentinos, comprar en otros países de la región se volvió mucho más barato; y esto último explica por qué la balanza turística en la vecina orilla fue negativa.
Si bien el presupuesto actual del MINTUR es muy superior al de hace quince años, las decisiones deberían ser más consensuadas y contemplando los puntos de vista del sector y sus necesidades, porque en palabras del Cr. Juan Martínez –presidente de CAMTUR- “El turismo ya tiene puestos los pantalones largos. Hay sectores (no solo del gobierno y de la oposición) que todavía no entienden la importancia que tiene el turismo en la economía nacional, a la hora de asignar partidas presupuestales.”
Como podemos ver, aún nos queda mucho por hacer. Y ese esfuerzo no se puede llevar a cabo solo con el impulso y la iniciativa del gobierno. Se debería organizar un verdadero grupo mixto de trabajo, dándole un rol protagónico también al sector privado en las decisiones estratégicas, como se hace con otros sectores de la producción nacional.
El Foro Económico Mundial informa que Uruguay ocupa la posición 77º en un ranking integrado por 136 países, encabezado por España y cuyo último lugar es ocupado por Yemen. En el anterior relevamiento, el país se ubicó en el puesto 73° sobre un índice integrado por 141 países.
O sea que en esta oportunidad Uruguay descendió cuatro puestos. Y respecto a América del Sur, el país fue precedido en el ranking general por Brasil en el puesto 27º, Chile en el 48º, Argentina en el 50º, Perú en el 51º, Ecuador en el 57º y Colombia en el puesto 62º. Uruguay solo superó a Bolivia (99º), Venezuela (104º) y a Paraguay (110º). A los efectos de establecer este ranking, fueron tomados en cuenta varios aspectos, como "ambiente de negocios", "seguridad y protección", "salud e higiene", "recursos humanos y mercado laboral", "preparación para las tic", "priorización de viajes y turismos", "la apertura internacional", "precio competitividad" y "sostenibilidad del medio ambiente".
El turismo en los últimos años se ha vuelto una actividad clave para el desarrollo del país. El gasto que tuvieron los visitantes entre enero y marzo 2017, respecto al mismo período de 2016, registró un incremento de 37,4%. Estos turistas realizaron un gasto en Uruguay de US$ 1.089 millones y según las cifras proporcionadas por el Ministerio de Turismo, el gasto promedio durante la estadía por persona ascendió a US$ 669,8, mientras que por día fue de US$ 103,4 (subas de 16% y 4,8% interanuales, respectivamente).
Aunque vale señalar que en los últimos años ha habido una tendencia entre los turistas a realizar estadías más cortas y mantener un mayor control sobre el gasto. En línea —según expertos— con el comportamiento mundial. Por ello, estos y los siguientes datos se deben tener muy en cuenta cuando se planifica la próxima temporada.
Cifras de Turistas en el Primer Semestre 2017
La mayoría de los que visitaron el país entre enero y mayo 2017 decidieron quedarse en un hotel (490.585 personas). El segundo tipo de alojamiento más popular durante este período fue la vivienda de familia o amigos (366.702), seguido de vivienda arrendada (257.378) y vivienda propia (108.733).
Los tres puntos del país más populares en estos meses fueron: Punta del Este (354.698 visitantes), Montevideo (352.325) y zona Termal (172.056).
El destino más popular, Punta del Este, fue también donde se concentró la porción más grande del gasto: US$ 575 millones, una cifra 38,1% por encima de la de 2016.
Mientras que las estadías más largas (en promedio) fueron en la Costa de Rocha (9.7 días), Punta del Este (9 días) y Piriápolis (8,5 días).
Durante los primeros seis meses del año, Uruguay recibió 2,1 millones de visitantes, según informó la ministra de Turismo, Liliam Kechichián. Una cifra casi 25% superior a la que se había registrado en el mismo período del año pasado. Entre enero y junio, el turismo generó ingresos por US$ 1.440 millones. En este caso, el aumento llegó a cerca de 40% interanual.
Uruguay es el primer país en América del Sur en cantidad de turistas recibidos en relación a su población. El año pasado ingresaron 3.328.450 personas, lo que equivale al 98% de la población nacional.
En la última década, el número de llegadas internacionales pasó de representar el 53% de la población, a casi la totalidad de la misma, indica el MINTUR. En Chile —país de la región que le sigue— ese guarismo desciende a 25%.
Pero estratégicamente ubicado en el Cono Sur, Uruguay tiene un mercado potencial de 95 millones de turistas, considerando únicamente las grandes ciudades a menos de 2.000 km de distancia.
Y si bien Uruguay debe aspirar al turismo de calidad antes que a la cantidad, los números nos llevan a cuestionarnos si 3 millones de turistas es realmente una cifra tan excepcional. Cabe reflexionar que apenas estamos tocando un poco más de 3% del mercado potencial. Si pensamos, por ejemplo en las Baleares, con una población de 1,2 millones de habitantes y más de 13 millones de turistas, o las islas Canarias (con una población local de 2,117 millones y 13,3 millones de turistas), o Cataluña (con 7,5 millones de habitantes y 17,9 millones de turistas), tal vez no debiéramos estar tan satisfechos. Quizá aún estamos muy lejos de nuestro verdadero potencial.
Esa sin duda es una de las preguntas que debemos plantearnos al analizar hacia donde queremos que vaya nuestro turismo, marcándonos objetivos claros y ambiciosos. Sin olvidar que según el informe del Foro Económico Mundial, nuestro país no está entre los primeros de la región en cuanto a competitividad turística.
Fuentes consultadas: Uruguay XXI, MINTUR, El País, El Observador, F.E.M. y O.M.T.
Portal de América
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