por Roberto Bennett, desde Montevideo
Con el triunfo de Javier Milei el año pasado, se abrió una puerta de esperanza para los operadores uruguayos, tras largos años de incertidumbre y disminución significativa en el número de turistas que visitaban nuestro país. Un descenso causado por medidas económicas drásticas adoptadas por los gobiernos kirchneristas, para impedir la normal circulación entre ambos países. Incluido el infame cierre de los puentes binacionales, decretado por Néstor Kirchner.
Por todo esto, nuestro país se encareció para los bolsillos de los argentinos, haciendo dificultosa su visita turística a nuestros balnearios cada verano. Hasta que surgió la figura estrafalaria de Milei, con su política libertaria, su burla e insultos a los kirchneristas y a los peronistas en general, en un feroz intento por degradar a la oposición, y una promesa de reformar el estado a toda costa.
En un principio, este discurso, tan diferente al utilizado por los políticos de ese país, agradó a la mayoría de los votantes y renació la esperanza de ver crecer nuevamente a la Argentina. El pueblo sabía que vendrían ajustes muy drásticos y quizá un primer año difícil con el gobierno de Milei, pero era tal la angustia y las privaciones que habían sufrido que apostaron por el cambio. Y eso se reflejó en las cifras de turistas que salieron de Argentina para disfrutar de nuestro país, como estaban acostumbrados a hacer antes de las devaluaciones, la inflación galopante y restricciones a la compra de divisas.
Nuevamente se volvieron a ver largas colas de automóviles cruzando los puentes rumbo a las playas de nuestro país, para nuestra alegría los turistas ahora venían con otro semblante, si bien nuestros precios seguían siendo altos, los ajustes de precios en Argentina los acercaban a nuestra realidad. Todo parecía volver a la vieja y añorada normalidad, hasta el batacazo de las recientes elecciones provinciales, y en especial los resultados aplastantes en la provincia de Buenos Aires, con Axel Kiciloff a la cabeza. Una derrota durísima para Milei y su gente, que nunca dimensionaron que perderían por casi 14 puntos (el peronismo los superó por más de un millón de votos).
La intransigencia de Milei ante los pedidos de ayuda para jubilados, educación, salud pública, etc. le acabó costando muy caro. Especialmente porque en octubre vienen las elecciones nacionales a medio término. Y con esta derrota, no le queda más remedio que recalcular. Pero Milei es diferente y ya declaró que “el rumbo no se va a modificar”. Es más, según él, “va a continuar con la fuerte restricción monetaria y con el esquema cambiario” aunque los estudios de mercado le están indicando un hartazgo con su costumbre de insultar y degradar a sus rivales, y su notoria falta de empatía. Un estilo de hacer política, a menudo chocante, que ha sido el sello característico de Milei. Pero la novedad ha pasado y la mayoría de la gente sigue sufriendo dificultades para llegar a fin de mes.
Con este panorama preocupante, es imprescindible que los operadores turísticos uruguayos empiecen a pensar en medidas alternativas para hacer frente a un posible frenazo en el número de turistas que vengan a visitarnos este verano, procedentes de la vecina orilla. El dólar vuelve a subir y los argentinos de la clase media están temiendo un retorno a los malos tiempos vividos bajo Cristina Kirchner y Alberto Fernández. Y estos son justamente los que más necesitamos que vengan, para redondear una buena temporada. El hecho de que hayamos vuelto a tener unas buenas cifras el año pasado no significa que podamos seguir ajustando precios al alza de cara a esta temporada que se avecina. En los próximos dos o tres meses, estaremos viendo y analizando los eventos políticos y económicos que se sucedan en Argentina, nuestro principal proveedor de turistas, y basándonos en eso se podrá diseñar una estrategia acorde a la realidad. Porque no nos engañemos, no hay otro país en la región con el volumen de turistas que pueda sustituirlos.
Es obvio que todos los uruguayos deseamos que nuestro vecino encarrile su rumbo de manera satisfactoria, por múltiples razones, pero los hechos políticos acaecidos en las últimas semanas nos pronostican un mes de octubre muy movido, que hará dudar a muchos argentinos antes de lanzarse a reservar o invertir tiempo y dinero en nuestro país este verano.
No se trata de ser un pájaro de mal agüero pero ya son muchos años que hemos estado viendo y sufriendo los avatares de la política en la República Argentina y sin duda más vale prevenir que curar, porque de un modo u otro estos problemas siempre repercuten en esta orilla oriental del Uruguay.
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