Apertura de fronteras uruguayas: el esfuerzo colectivo por hacerla imposible
Domingo, 22 Noviembre 2020

Apertura de fronteras uruguayas: el esfuerzo colectivo por hacerla imposible

Los viajes y el turismo son los sectores que más han sufrido por esta pandemia, y aún no tienen un horizonte certero de recuperación a pesar de los esfuerzos (y experimentos) que están haciendo la mayoría de los países en relación a la apertura (parcial o total) de sus fronteras. Generalizar es imposible, por ello me centraré en Uruguay.

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por Eliseo Sequeira, desde Montevideo, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El cierre de fronteras de Uruguay se decretó el 24 de marzo, y las excepciones apenas fueron ampliadas el 2 de junio. Desde ese entonces sólo se permitió el ingreso de ciudadanos uruguayos y residentes, y trabajadores debidamente acreditados y autorizados. Las excepciones se pueden ver y el trámite de solicitud se puede hacer en línea en www.tramites.gub.uy.

Pero todos los esfuerzos que se realicen y protocolos que se redacten no sirven si hay personas dispuestas a ignorarlos, o peor aún, a relizar acciones que hagan máximo el riesgo de contagio. Razones puede haber muchas, tantas como personas que así actúen. El problema es la cantidad y el efecto. Y aquí es válido comparar con el viejo dicho que "más ruido hacen 10 gritando que 1.000 callados".

El problema es que con el Covid-19, las acciones riesgosas de 10 seguramente afectarán a los 1.000, y en algunos casos con efecto irreversible, pues la enfermedad  no sólo puede provocar la muerte, sino que reducir la capacidad respiratoria en forma permanente, y otras secuelas que aún se están investigando.

El balance fronterizo

Desde el inicio de la pandemia,  entraron uruguayos o residentes, solicitantes de refugio,  diplomáticos, camioneros y algo más de 13.000 casos “excepcionales”, de ellos aproximadamente la mitad argentinos. Hay otras razones para que entren argentinos, y de hecho es la nacionalidad con mayor saldo positivo después de la uruguaya, son también más de 13.000 argentinos que ingresaron a Uruguay y no volvieron a su país. El problema es que parte de ellos, posiblemente pocos (los "10 que gritan")  ingresaron o con test negativos falsos, o dejaron datos falsos que no permitieron controlar si actuaron según el protocoño que se comprometieron respetar. De hecho unos pocos terminaron resultando Covid-19 positivos, y dejaron el tendal... Tampoco nos olvidemos de algún brasileño encontrado más de 100 Km en territorio uruguayo sin test negativo e incluso sin haber pasado por migración.

Entonces, ante esa falta de compromiso con la salud, para el gobierno uruguayo resultó imposible habililtar la entrada de las decenas de miles de extranjeros, fundamentalmente argentinos, que tienen propiedades en el país. Estarían multiplicando por lo menos por 20 el riesgo de difusión del Covid debido a esos visitantes que no respetan las normas.

Además, su entrada coincidiría con los cientos o miles de uruguayos que viven en el exterior y pretenden pasar las fiestas con sus seres queridos. A esos el gobierno si o si los va a dejar entrar, aún no se sabe como.

En el medio, hay grupos de ciudadanos que han provocado con sus acciones y omisiones que los casos activos se hayan multiplicado por cinco en cuatro meses, alejándonos de la zona de confort y arriesgando a que el gobierno tenga que dar marcha atrás volviendo a restringir alguna actividad económica o educativa, y suprimir las pocas recreativas que han recomenzado.

Qué debemos hacer como comunidad

Respetar los protocolos, evitar la socialización excesiva, usar tapaboca, distanciamiento social y limpieza de manos y superficies.

Ante el llamado de atención al no respetar los protocolos, actuar civilizadamente y adoptarlos. El quemar a un trabajador del transporte, apedrear a la policía o amenazar al portero del edificio sólo complica la situación y nos hace involucionar como sociedad. Y los referentes y autoridades de cualquier nivel (nacional, departamental, sindical, social, política, deportiva), actuar en consecuencia, apoyando los protocolos y evitando evadir su responsabilidad, buscando réditos a costa de la salud y el trabajo de los demás.

Tengamos como meta reducir los casos activos y los contagios antes de la primera semana de diciembre, para darnos una ventana para que se reduzca la velocidad con la que se están perdiendo empleos y para que los uruguayos que están en el exterior se puedan reencontrar con sus familias.

Tal vez así, a partir del 1º de enero se pueda barajar y dar de nuevo...

Portal de América

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