por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (con 51 millones de vacunas que se habrían comprado, pero no sabemos quiénes serían los vendedores ni su origen, seguimos creyendo, como decía Ortega, que el énfasis es suficiente para que las palabras se conviertan en hechos…)
No quiero caer en el lugar común de decir que tengo amigos en el negocio del turismo y en el transporte aéreo, tampoco quiero ocultar que algunos, por suerte pocos, me catalogan como enemigo.
Quienes somos, no se cómo llamarlo, observadores, analistas, consultores en la actividad privada, tenemos la obligación, así lo siento, de expresar nuestra opinión a partir de los datos de la realidad.
Desde ya nuestra opinión no es excluyente, pero desde mi máxima modestia, apunto a generar serendipias (circunstancia de encontrar por casualidad algo que no se buscaba), para ver si surge un hallazgo valioso que no se limite a pedir limosnas.
En general el segmento de agentes y hoteleros están solicitando ayudas para subsistir, en la creencia de que, pasado un tiempo, las cosas serán como fueron.
Esto podría ser entendible si el estado tuviera recursos, pero lo que no se tiene en cuenta que si el estado concede alguna ayuda, que lo hará, será emitiendo dinero sin valor, con lo que se agravará la ya grave cuestión económica que se traducirá en una inflación cuyo piso para este año ya se estima en el 50%, con lo que dentro de “x” tiempo estaremos peor, no sólo el turismo en particular, sino toda la economía en general, y para todos no hay.
El presidente de “Stellantis”, esta nueva fusión que incluye FCA Y el Grupo PSA, que importa por un monto de u$s 52.000 millones, ya advirtió que en Argentina se está haciendo casi imposible hacer negocios por el exceso de regulaciones y el nivel de costos, presión fiscal, cepo cambiario y costo laboral.
En una nota que colgamos en linkedin (19/01/21) afirmábamos, con datos del INDEC, que la pobreza en la Argentina debería estimarse en un 70% de la población, y que recién en el décimo decil se supera el ingreso de lo que se llama canasta básica de la clase media para una familia tipo cuyo precio hoy es de alrededor de $ 140.000.00.
Con esto queremos decir que la industria del turismo requiere un cambio radical, ya no se orientará hacia la "importación de turismo", sino que deberá hacerlo hacia la "exportación", o sea, el receptivo.
El estado debería idear una política extraordinaria y limitada en el tiempo para todos aquellos que presenten un programa o un menú de ideas racionales para tal fin, y a su vez una política de largo aliento para armonizar políticas de turismo para Latinoamérica como destino esencial.
El miedo que ha generado la “peste” en los gobiernos puede ser una oportunidad para integrar políticas, en este caso turísticas y aéreas, que faciliten los traslados, los cruces de frontera, suprimiendo trámites migratorios y creando una moneda común que evite los sucesivos cambios de dinero.
No soy partidario, además no hay con qué, en “ayudas” para ir tirando.
El gobierno debe acordar con el sector privado para pensar en políticas diferentes y precisar cuánto dinero se puede invertir para poder concretarlas en la realidad.
No se trata de hacer marchas o unificar lamentos, se trata de hacer.
Portal de América
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