por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
@DelPDA - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
La temporada
Es el período generado espontáneamente hace más de setenta años por bonaerenses de capital y provincia que buscaban escaparle al tórrido verano y comenzando por Montevideo fueron "descubriendo" la costa uruguaya para luego seguir por el Este, Brasil y con su envidiable olfato marquetinero ir construyendo la mayoría de los destinos turísticos de América Latina.
Nunca se le cayó una idea a nadie, de este lado del charco, por "salir" de la temporada a pesar de los continuos discursos de desestacionalización.
Deberíamos haber aprendido hace tiempo que cuando el tipo de cambio favorece a los argentinos y no hay ningún gobernante fundamentalista que los estigmatice por cruzar el charco, se vienen en malón y cuando es al revés, -como ahora-, vienen solamente "los que pueden".
Por lo tanto, gastar publicidad ahora en Argentina es tirar el dinero a un agujero negro, por ejemplo.
Y teorizar acerca de que no vendrá la clase media "que mueve las agujas del reloj", es llover sobre mojado, aunque le pese a más de un colega supuestamente entendido en veranos del este.
Quienes responden a la vaga e intrascendente pregunta de ¿Cómo viene la temporada?, lo hacen con el ojímetro más artero que existe, talenteando, ocupen el cargo que ocupen.
Cuando escuchen hablar de porcentajes de ocupación repregunten y exijan aclaración del universo y si por ejemplo en algún momento alguien dice que hay un 90% de ocupación en Punta del Este sería bueno saber ese universo al que refiere. Si es el de la hotelería estamos hablando de entre 15 y 20 mil camas y no se le ocurra a nadie preguntar cuanto es el total de camas que se ofrecen incluidas las parahoteleras porque allì la respuesta puede variar seguún el entendido que responda, entre 90 mil, 200 mil y 400 mil... así como lo lee.
Si claro, hay que hacer un censo, obvio, pero nadie lo propone ni lo programa.
No exageramos, les estamos contando la verdad, la pura verdad.
Las milanesas de Mallmann y las botellitas de agua en Montoya
Si a Don Francis se le ocurre cobrarlas a cinco mil pesos uruguayos será porque hay muchos que las pagarán, por ende, entrarán divisas.
Si este verano la botellita de medio litro de agua mineral en la playa cuesta quinientos pesos, celebremos, no lloremos ni denunciemos.
Cuando un gobernante "recomienda" no subir los precios se está metiendo en un terreno complicado. En el régimen que vivimos los precios los fija el mercado. Ese gobernante no está defendiendo a un asalariado que no llega a pagar el precio de Mallman ni el de la botellita de agua, simplemente está declarando supuestamente "correctamente". Pero en la práctica, mejor que ignore ese tema.
Quienes vayamos al Este elijamos los muchos lugares para comer que son más baratos inclusive que en Montevideo o en cambio, podremos llevar la vianda y la heladerita con el agua mineral a precio de supermercado, bien baratita.
Entonces
La pólvora está inventada, no insistamos.
Portal de América
Comentarios
Tengo mil cuentos al respecto.