por Sergio Antonio Herrera, desde Montevideo
El avión presidencial
En un mundo interconectado, donde la diplomacia y las relaciones internacionales exigen presencia física en foros, cumbres y visitas bilaterales, resulta anacrónico que un presidente de la República deba depender de la disponibilidad de líneas comerciales, o de aviones prestados o alquilados a último momento. La imagen que proyecta un país también se construye desde estos gestos logísticos.
Los costos que implica una aeronave oficial son reales, sí, pero pueden ser asumibles si se planifica con criterio y responsabilidad. No se trata de comprar un jet de lujo ni de generar una estructura burocrática adicional, sino de disponer de una aeronave ejecutiva moderna, con mantenimiento asegurado y operada bajo criterios técnicos, incluso a través de alianzas con la Fuerza Aérea o mediante licitaciones bien diseñadas.
Tanto la compra como el mantenimiento de un avión presidencial podrían financiarse si se evita incurrir en errores tan graves como el cierre de Pluna. El caso de la aerolínea de bandera nacional es una advertencia contundente: el tribunal del CIADI, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones del Banco Mundial, sentenció en febrero de 2024 al Estado uruguayo a pagar 56 millones de dólares al consorcio que demandó por el manejo del cierre. Pero además, en esa operación se perdió la diferencia entre los 137 millones de dólares financiados por Scotiabank para la compra de seis jets Bombardier CRJ-900 y los apenas 70 millones en que finalmente fueron vendidos tras el fracaso de la subasta del 1º de octubre de 2012 en El Prado.
Air Charter Service por ejemplo presenta el Top 5 de los modelos de jet privado más asequibles hoy y del mismo, elegimos dos modelos para bajar a tierra la información con precios y datos reales.
1 - El jet de tamaño supermediano: Cessna Citation Sovereign+
Cessna Citation Sovereign
El poderoso Cessna Citation Sovereign es el jet de tamaño súper medio más asequible disponible hoy en día, cuesta 18 millones de dólares. Con un alcance máximo de 3.200 millas náuticas,o sea 5.926 kilómetros. Tiene el despegue más corto entre jets privados en su clase. Esto significa que puede volar desde un aeropuerto pequeño. Además, el avión tiene potentes motores turbofan Pratt & Whitney PW306D y una envergadura de 22.05 metros con aleros que mejoran el alcance. Puede acomodar confortablemente a 12 pasajeros, con varias configuraciones incluyendo un sofá opcional. Hay nuevos reposabrazos empotrados para espacio adicional en el pasillo y un sistema de tecnología de cabina de Clairity para Internet en vuelo. Aún más notable es el mejor compartimento de equipaje externo de su clase, que puede llevar hasta 660 kilogramos de equipaje
2 - El avión pesado: Embraer Legacy 650E
Aunque el precio de los aviones grandes casi siempre sorprende, el jet privado más económico en esta categoría lo hace aún más. El lujoso Embraer Legacy 650E llega a $25,9 millones, una ganga relativa en comparación con el de tamaño similar, Gulfstream G550 que cuesta $61,5 millones. La "E" significa "Evolución" y el modelo ciertamente ofrece eso, con dos motores Rolls-Royce AE 3007A2 y Honey Primus Elite Avionics. Como novedad en la industria de la aviación, el avión también viene con una garantía de 10 años o 10.000 horas.
El Embraer 650E tiene asientos para 12-13 pasajeros en tres zonas de cabina separadas, permitiendo que algunos trabajen mientras que otros duermen cómodamente en asientos de cuero. Allí hay banda ancha, Apple TV y un servicio telefónico mundial, así como múltiples configuraciones que pueden incluir una mesa de conferencias para reuniones de negocios para aquellos que viajan por trabajo. El alcance de 3.900 millas náuticas, equivalentes a 7.222,8 kilómetros permite más autonomía.
Lo esencial es aprender del pasado. Planificar con seriedad la adquisición y el uso de un avión presidencial no debe ser tabú: debe ser política de Estado.
Los viajes oficiales
En esa misma línea de representación internacional, es hora también de que el país supere ciertos complejos internos. Los jerarcas de gobierno que representen oficialmente al Estado uruguayo en el exterior deben viajar en condiciones acordes al cargo que ostentan. Defender que un ministro o incluso el propio presidente deben volar en clase turista para "ahorrar" es una falsa austeridad. No se trata de derroche, sino de sentido común y de cuidar la imagen-país. Business class no es lujo, es una herramienta razonable para llegar descansado, trabajar en vuelo y presentarse dignamente frente a otros líderes o empresarios internacionales.
Del mismo modo se debería actuar con los alojamientos. Durante el anterior período de tres lustros de gobierno del Frente Amplio, los funcionarios del Ministerio de Turismo solían mostrar como un acierto el hecho de alojarse en un hostal muy económico próximo a Puerta del Sol, cada mes de enero cuando viajaban para asistir a FITUR, la más importante feria de turismo de habla hispana que se realiza en Madrid. Nosotros siempre hemos señalado ese supuesto acierto como un gran error.
Los jerarcas ministeriales del turismo van a los eventos internacionales con la clara misión de promover el destino Uruguay, establecer contactos con sus pares de otros países, con los operadores turísticos de los mercados emisores, así como con autoridades en general, gestores, influencers y comunicadores globales.
En los grandes eventos, además de "en los pasillos" de la propia feria, congreso o reunión, los mejores contactos se consiguen plasmar en el lobby de los hoteles en los que se alojan; en la barra de los bares o en los ascensores de esos hoteles y muchísimo, en el transporte que brinda la organización desde los lugares de alojamiento a las sedes de los encuentros.
Los contactos que valen la pena, los positivos, los de mejores "billeteras", no se alojan en hostales.
Bonus track: los pasaportes
Y si de errores actuales hablamos, gracias a Dios se corrigió el grueso error de la eliminación del lugar de nacimiento en los nuevos pasaportes uruguayos, medida implementada por el actual gobierno a partir de abril de este año. Lejos de representar un avance, este cambio ha generado confusión, complicaciones prácticas y hasta sospechas en controles migratorios. El pasaporte es, además de documento de viaje, una credencial que afirma la identidad del ciudadano. Eliminar información relevante en nombre de una pretendida simplificación es, en este caso, un retroceso.
El Uruguay moderno necesita herramientas modernas. No se construye una república más eficiente negando recursos esenciales a quienes deben ejercer sus funciones. Se construye gestionando bien, aprendiendo del pasado, invirtiendo con inteligencia y priorizando la proyección del país en el mundo.
Cuando no se sabe hay que consultar. En el mundo está casi todo inventado, muchas veces es más fácil y positivo copiar.
Comentarios
Otro tema es el mantenimiento,del cual las 4 líneas propuestas tienen bases paulistas suficientes. Superior a eso, difícil para Sagitario...
Muchas gracias por prestarnos parte de su tiempo participando de este foro.
Cuando decimos estar a favor del avión presidencial argumentamos que es "una herramienta indispensable para garantizar la agilidad, seguridad y eficacia de las funciones del jefe de Estado y de las misiones oficiales del más alto nivel". Más adelante sostenemos: "En un mundo interconectado, donde la diplomacia y las relaciones internacionales exigen presencia física en foros, cumbres y visitas bilaterales, resulta anacrónico que un presidente de la República deba depender de la disponibilidad de líneas comerciales, o de aviones prestados o alquilados a último momento. La imagen que proyecta un país también se construye desde estos gestos logísticos".
Como puede ver entonces, en ninguna parte sostenemos que la dignidad depende de un avión.
En su enfoque dice "No se es menos por viajar en aerolíneas comerciales" y también: "Hemos tenido señores presidentes durante décadas y no era necesario que tuvieran su propio avión ". Tampoco sostenemos eso ni nada parecido, algunas veces es obvio el uso de aerolíneas comerciales pero en la mayoría de los casos está comprobado que no y por otra parte, si bien los períodos presidenciales no se dan por décadas, creo entender cual es el punto y sobre ello puedo afirmar también que quizás en esos períodos, donde hubo "señores presidentes", no habían casi aviones.
Trato en lo posible -no siempre lo logro-, de abstraerme de consideraciones relacionadas con ideología o intereses políticos. Pretendo ser muy claro enfocando mi opinión, teniendo en cuenta la imagen-país y como decimos en el colgado del título, jamás igualar para abajo.
Cordial saludo
Mi artículo está basado en consideraciones bien alejadas de lo político.
La opinión vertida no tiene nada que ver con reuniones de mandatarios puntuales ni con los activos de capital humano que tiene el país. Creo que esos son temas válidos para otra discusión.
Expreso lo que debería hacer el Estado y no el gobierno uruguayo.
Trato de no mezclar.