por  Lluis Mesalles

Los hoteleros, especialmente los más nuevos, los recién llegados al sector, agobiados por sus finanzas, no encuentran tiempo suficiente para desarrollar una red de contactos virtual que les haga sonar en el mundo de las nuevas tecnologías.

Pero me he tomado un tiempo para revisar lo que publican los que apuestan en grande por esas redes sociales. Y encuentro que normalmente son cosas poco atractivas, si acaso alguna oferta puntual para cubrir momentos de sequía. Pero poco tema de interés que ayude a consolidar el lazo del cliente con la empresa o el establecimiento. O sea, que mucho esfuerzo, tiempo y dinero, pero pocos resultados.

Lo que más produce hoy son los gigantes de las centrales de reservas, que partiendo de una estructura de medios tecnológicos, apoyados con un capital enorme, consiguen estar presentes hasta en la sopa.

Sin embargo, al empresario turístico que está en estas centrales de reserva tampoco les  garantiza mejores resultados. Los que se comprometen a nada o sea, los intermediarios, son los que más beneficios obtienen. Pareciera más bien, que las herramientas virtuales se han convertido en el objetivo.

Pero, ¿existen otras herramientas que permitan mejores resultados, que conecten mejor con el cliente? Seguro. Los antiguos hoteleros siempre tenían como norma estar en la recepción de su hotel por las tardes, en las horas en las que normalmente llegan los nuevos huéspedes, o los que están en casa regresan de sus diligencias o visitas.

Es el momento ideal para que el responsable del establecimiento se dé a conocer, contacte con ellos, les salude, les escuche, les ayude a resolver cualquier detalle a corregir. Una norma sin costo, muy satisfactoria, que asegura resultados muy positivos e inmediatos. Algunos, más modernos, incluso ponían su foto sonriente a la entrada, dando la bienvenida y abriendo un primer vínculo personal con el cliente.

Pero ahora, muchos empresarios, prefieren esconderse detrás de sus pantallas, gastar en personal que introduzca datos en las redes, con casi nulo contacto personal con los personajes más importantes de la casa, los huéspedes, los clientes, tanto presentes como futuros. La apuesta parece ser la herramienta, teclear sentado ante una pantalla, tratando de ganar posiciones en el mundo virtual.

Pero este no es el objetivo. El objetivo siempre debería ser desarrollar y potenciar una red de visitantes satisfechos, felices y fieles, que piensen en nosotros cada vez que tengan que desplazarse a nuestra ciudad.

Portal de América - Fuente: www.boletin-turistico.com