Por ejemplo, las agencias tienen la obligación de informar a los clientes de si un viaje en tren es directo o no. Y además, tienen deben demostrar que han dado esta información, lo cual a veces es incluso más complicado. De no haberlo hecho, el responsable y quien debe indemnizar es la agencia.
Las agencias empiezan en Europa a notar los dolores de cabeza que se le avecinan. Por ejemplo, si combina dos viajes separados, uno con Renfe y otro con Iryo, se convierte en ensamblador del mismo, de manera que si el primer tren llega tarde, asume la responsabilidad ante el cliente.
En ese caso, tendrá que pagar ambos billetes, así como la compensación correspondiente al 75 por ciento del total. Si el pasajero ha estado bien informado, no puede reclamar este reembolso ni la penalización.
Es importante para las agencias poder demostrar que el viajero ha sido informado. En caso de disputa, es esencial. Mientras tanto, aún hoy, proliferan las aerolíneas que no pagan las indemnizaciones o que no tienen siquiera un mail al que contestar.
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