La medida no va a entrar en vigor de inmediato, por lo que las aerolíneas no tendrán que preparar presupuesto para este cambio.
La nueva norma sólo entrará en vigor dentro de dos años y su implementación únicamente será obligatoria en los aviones de nueva fabricación, con lo que las actuales configuraciones podrán mantenerse en el tiempo.
La obligación de seguridad tampoco afectará a compañías que vuelen a Estados Unidos y que no tengan sus bases principales a ese país. Sólo las nacionales deberán aplicar esta medida en los aviones que reciban. Es probable, sin embargo, que algunos fabricantes incorporen esta segunda barrera ya en sus modelos, indistintamente de la procedencia del cliente.
El nuevo obstáculo permitirá que el piloto o copiloto puedan salir del habitáculo de mando sin tener que adoptar medidas de seguridad extraordinarias como ocurre en la actualidad.
El proyecto de ley estudia el costo de esta adición que será de 35 mil dólares.
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