por Gaetano Battagliese, Director de la DINACIA y Presidente de la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil

Sus órganos principales son una Asamblea, integrada por sus 22 Miembros, un Comité Ejecutivo presidido por el período 2022-2024 por Uruguay e integrado por cuatro vicepresidentes (Guatemala, República Dominicana, Chile y Brasil), una Secretaría a cargo de un funcionario elegido a través de un concurso público internacional. La CLAC realiza su obra a través de un Acuerdo de Sede que le otorga personería jurídica en la ciudad de Lima, Perú.

La CLAC, a lo largo de su historia, ha servido como plataforma de discusión y deliberación sobre los temas relevantes para la aviación civil internacional. En su última Asamblea celebrada en Uruguay, la Comisión adoptó una resolución sobre la preparación, coordinación y seguimiento de la CLAC en asambleas, conferencias mundiales y otras reuniones pertinentes de la OACI (RES. A24-5). Con base en este reglamento, los Estados Miembros de la CLAC se preparan para la 41ª Asamblea de la OACI.

La preparación de los Estados de la CLAC para la 41ª Asamblea de la OACI consta de tres fases:
1) una anterior al evento, donde con una guía de orientación se preparan documentos de trabajo e información, así como son analizados documentos de trabajo de otros Estados y de las organizaciones internacionales;
2) una que tiene lugar durante la Asamblea, con base en las reuniones diarias de coordinación donde se consideraron y evalúan los principales temas de interés regional y mundial;
3) una posterior a la Asamblea para evaluar los resultados y ayudar a ejecutar los acuerdos adoptados.

En los asuntos en los que no sea posible el consenso regional, el respeto al principio de la soberanía del Estado es especialmente relevante. Así, dentro de un marco de entendimiento mutuo, la CLAC respeta las diversas posiciones de sus Estados sobre la base del objetivo primordial de la Comisión, esto es: generar una adecuada estructura para el diálogo regional  constante y transparente, que busca la unidad, la cooperación y la coordinación dentro de las legítimas diferencias que se dan entre los Estados.

Desde América Latina y el Caribe nos estamos preparando para las discusiones en la 41ª Asamblea tras sufrir la peor crisis de la aviación civil comercial en la historia. Una crisis que por cierto no ha terminado, y cuyos efectos a mediano y largo plazo aún están por definirse.

Estrategia de la CLAC

En base a los objetivos estratégicos de la OACI, en 2019 la CLAC aprobó un Plan Estratégico para el período 2020-2030, que incluye tres grandes objetivos estratégicos, a saber:
• Fortalecer la coordinación entre las autoridades de aviación civil y otros actores de la aviación, y promover el trabajo de grupos técnicos para viabilizar el desarrollo sostenible del sector en América Latina.
• Garantizar la representación regional en la OACI y otros foros internacionales.
• Desarrollar una gestión estratégica modelo de fortalecimiento institucional que garantice su permanencia en el tiempo y en su espacio de incidencia.

Cada uno de los objetivos estratégicos se desarrolla a través de líneas estratégicas, y éstas en líneas de operación o tareas que nuestra Comisión agrupa en las denominadas “macrotareas”. Por lo tanto, tenemos las macrotareas de seguridad operacional, seguridad de la aviación y facilitación, transporte y política aérea, gestión aeroportuaria, medio ambiente y formación.

El Plan Estratégico está en la misma orientación que la estrategia de objetivos que la OACI ha fijado, de tal manera que la región trata de alinearse con la misma dirección del desarrollo de la aviación civil internacional promovida por la OACI, evitando la duplicación de funciones.

Desafíos en Latinoamérica en vista de la 41ª Asamblea

En América Latina y el Caribe nos estamos preparando para los debates en la 41ª Asamblea después de sufrir la peor crisis de aviación civil comercial de la historia. Crisis que por cierto no ha terminado y en cuyo medio y largo plazo los efectos aún no se han definido.

No hay duda de que la pandemia de COVID-19 sorprendió al mundo, y a la aviación civil en particular, los que carecían de una estructura y procedimientos para tratarlo  adecuadamente. La OACI ha desarrollado recomendaciones y directrices que aún no están universalmente estandarizados. Es inevitable que las decisiones de la Asamblea de la OACI coincidan sobre directrices y sugerir métodos para futuras recomendaciones pragmáticas que tengan en cuenta la realidad de los Estados en esta materia, para que podamos prepararnos para futuras crisis.

En el área de seguridad operacional, un gran desafío en nuestra región es la implementación del Programa de Seguridad del Estado Operacional (SSP). En América Latina, con las peculiaridades de las capacidades de cada Estado, para la rápida y correcta implementación del SSP y de los principales sistemas que lo integran, como la recopilación de datos de seguridad y Sistema de Procesamiento (SDCPS), es una tarea en curso. Como consecuencia, uno de los temas importantes para la 41ª Asamblea de la OACI será para aumentar la conciencia de los problemas a los que se enfrenta la región en esta área y la necesidad de establecer un sistema estructural de capacitación, transferencia de información, consultas directas y buenas prácticas relacionadas con la implementación de SSP y SDCPS, sistemas basados ​​en el rendimiento de la gestion de seguridad.

En relación con la seguridad de la aviación, consideramos que la seguridad de la información o ciberseguridad de la aviación civil es un tema de especial relevancia. Considerando que la amenaza de posibles incidentes cibernéticos de aviación civil ha evolucionado rápidamente, es necesario que autoridades, usuarios y la industria se preparen especificando una estrategia de ciberseguridad para que el sector de la aviación civil sea resiliente a los ataques cibernéticos y continúe siendo un sistema confiable para todos.

Por otra parte, un aumento en incidentes relacionados con indisciplina y/o o pasajeros disruptivos está siendo observado en la región. Esto es un viejo problema que requiere soluciones renovadas que debemos encontrar y analizar porque – hasta ahora – no hemos podido detener el avance de este comportamiento.

En materia de transporte aéreo, un problema que vale la pena mencionar y que es compartido por la mayoría de los Estados de la CLAC, aunque no hay consenso en la región, es la necesidad de estudiar mecanismos para facilitar la adopción de acuerdos de servicios aéreos y liberalizar hasta la séptima libertad en materia de carga, especialmente en el escenario multilateral. La CLAC tuvo una evaluación positiva de un memorando de entendimiento que, de manera pragmática, permitió la liberalización de los servicios de carga dentro la región; pero este ha sido un mecanismo excepcional y provisional.

En América Latina existe un amplio consenso de que la aviación debe ser respetuosa con el medio ambiente. Por ejemplo, la CLAC ha adoptado una resolución para promover el uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF), y apoya la asistencia de la OACI al desarrollo de capacidades y capacitación para el Programa de combustibles de aviación sostenibles (ACT SAF). Sin embargo, esto es un asunto que tiene diferentes enfoques. Desde la perspectiva que la aviación es una actividad económica y motor social, su desarrollo es imprescindible en la región; entre varias razones por no disponer de una infraestructura ferroviaria de  envergadura. Por lo tanto, la aviación comercial es el medio para hacer posible nuestra integración. El reto entonces es proteger el medio ambiente y al mismo tiempo no detener el desarrollo de la aviación comercial.

Lograr lo anterior eventualmente requiere la cooperación de los países desarrollados para facilitar la transferencia de tecnología y habilidades, y a su vez facilitar mecanismos para promover la financiación que facilite la transición energética.

Comentarios finales

La Asamblea de la OACI es un espacio para deliberación donde todos concurrimos con el mejor ánimo para obtener consenso. En muchas ocasiones, ha sido necesario dejar las pretensiones sobre la mesa para obtener la asistencia de todos.

Los temas que abordaremos son complejos y sujetos a diversas interpretaciones. Pero no hay duda que con muchas delegaciones deliberando, habrá más oportunidades para encontrar caminos que antes del inicio de la Asamblea todavía no imaginamos.

Los Estados que integran la CLAC asistirán a la 41ª Asamblea con el mejor de los espíritus, comprendiendo que no hay ni debe haber cualquier imposición de cuestiones; estaremos orientados hacia el consenso y mantendremos la necesaria flexibilidad para encontrar nuevas y creativas soluciones.

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