por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo

A partir del primero de octubre y según la resolución N° 3763/25 (dejo hipervínculo al texto de la resolución) Montevideo ha implementado una tasa turística que deberá ser abonada por los turistas que se alojen en hoteles y alojamientos de la ciudad que estén y que se incorporen al Registro de Prestadores de Servicios Turísticos del Ministerio de Turismo.

Ese pago está previsto para toda persona extranjera, mayor de 11 años de edad, que deberá abonar U$S 1 por noche de estadía y con un máximo de U$S 5 por estadía.

Como todo cambio, se producen voces a favor y otras en contra, las que se justifican en varios puntos de vista que obviamente pueden llegar a ser válidos. Generalmente esos aspectos pasan por algunos de los siguientes conceptos.

Las voces a favor
⦁    La posibilidad de obtener fondos extras que se destinen en forma específica para financiar una mejor gestión y promoción del destino.
⦁    Que se puede aliviar el gasto público realizado con fondos que provienen de otros lados.
⦁    En una mayor equidad contributiva entre quienes pagan siempre sus impuestos en una ciudad y en aquellos que solo usan temporalmente sus servicios e infraestructura sin aportar nada.
⦁    En el entendido de que son cada vez más los destinos y ciudades que cobran este tipo de impuestos.
⦁    En que se ofrece un indicador más para el seguimiento y evaluación de la cantidad de personas que se alojan en los establecimientos de la ciudad.
⦁    Que se pueden priorizar acciones vinculadas a la mayor sostenibilidad del destino si esos fondos se regulan e invierten bien.
⦁    Que los montos no son significativos para quien los paga.
⦁    Que la tasa es una herramienta de corresponsabilidad que permite consolidar y aplicar los postulados y discursos actuales del turismo, que nos dicen que los turistas deben asumir una actitud más responsable hacia los lugares que visitan.

Las voces en contra
⦁    Que se desestimula a los visitantes con un nuevo impuesto.
⦁    Que se afecta negativamente la imagen del destino.
⦁    Que se generan dificultades extras para la gestión y transparencia del destino.
⦁    Muchas de las voces empresariales del sector generalmente se manifiestan en contra de este tipo de iniciativas.
⦁    Que se genera una nueva acción burocrática para su manejo e implementación.
⦁    Que no se es claro y equitativo en cuanto a quienes la pagan y quienes no.
⦁    Y otras …

Lo que debería de quedar claro es que en sí misma, la aplicación de la tasa no es ni buena, ni mala y que lo que se debe realizar es una buena explicación previa de los mecanismos que implicarán el cobro de la nueva tasa, para que su aplicación sea lo más clara y transparente posible, incluso en cuanto a su gestión.

En lo personal creo que es un elemento que favorecerá a la larga al destino porque le permitirá contar con fondos que de otra manera no dispondría, que además su aplicación es clara en cuanto a quienes deben realizar el pago, quienes su cobro, los plazos previstos para su liquidación y la transparencia que habrá a la hora de poder justificar que se hizo con esos fondos recaudados y quienes los han gestionado.

Además, como toda nueva iniciativa, no queda exenta de una evaluación y seguimiento de resultados para mantener lo que funcione o incluso para poder corregir lo que no.

Un ejemplo concreto

Pongamos un ejemplo clarificador de lo que implicaría para el Turista que visite nuestra ciudad y desarrollaré dos casos:
⦁    Uno donde la persona se alojará en un hotel con un valor de US$50 la tarifa diaria y otro con un costo de US$ 150 diarios.
⦁    Además, simularemos la estadía en 1 noche, en 5 noches, 7 y 10 noches a los efectos de graficar mejor casa caso.

Con las cifras a la vista, creo que debería de quedar claro que una persona no deja de visitar un lugar por el pago de 1 o 5 dólares más.

Incluso cuanto más caro es el hotel elegido para la estadía, ese precio pasa a ser todavía menos significativo.

Ni que hablar si el costo extra se toma como un porcentaje de sobrecarga contra el precio original.   En el caso del hotel más barato se pagaría un 2% más caro, y en el caso del hotel más caro se estaría pagando menos de un 1% más.

Además si al turista se le explica que podrá acceder a beneficios con el pago de esa tasa, como por ejemplo en el uso del Bus turístico de la ciudad o en el Teatro Solís, ese costo ya pasa a tener otros significados.

También, y en la medida que los fondos recaudados se empiecen a invertir en mejoras de la infraestructura y servicios disponibles y si esas situaciones se comunican y visibilizan bien, las personas lo verán como un aporte significativo al destino.

¿Qué diría Usted? 

Por ejemplo, si le explican y comunican que todas las mejoras vinculadas a la accesibilidad e inclusión de un lugar concreto, pongámosle como ejemplo a los alrededores del Parque Rivera, han sido posibles gracias a los fondos provenientes de la tasa turística.

En unos meses tendremos lugar a los primeros informes y avances sobre el cobro de la tasa y sin dudas tendremos más datos para hacer una mejor evaluación.

Veremos lo recaudado e incluso en que se ha decidido invertir ese monto y entonces tendremos un panorama mucho más claro de los verdaderos beneficios o no para nuestra ciudad.

Portal de América