por Ramón de Isequilla, desde Madrid
Sobre esto volveremos en unos días, luego de la reunión que está preparando el Skal de Madrid para tratar el tema con los principales actores del sector.
A horas de iniciar el “curso 2024-2025” nos llega la triste noticia que nos ha dejado uno de los hombres claves en el salto cualitativo del turismo español durante la transición, Javier Gómez Navarro Navarrete, Don Javier como yo lo llamaba.
A fines de los 90, participando desde el sector privado y preocupado por la estacionalidad del que era mi hogar en aquellos tiempos, como directivo de la Liga de Fomento y Turismo de Punta del Este, recurrí al entonces presidente del Banco Interamericano de Desarrollo BID Enrique Iglesias, solicitando su consejo de como encarar este complicado tema que, al día de hoy, sigue afectando a determinados destinos turísticos.
Con su característica generosidad de inmediato me respondió “Ramón, le pido a un amigo que vaya a darte una mano”, así fue como tuve el honor de conocer y tratar a Don Javier.
Los compañeros de directiva de “La Liga”, donde se destacaron por su entusiasmo Isabel Viana y Martin Laventure, nos pusimos manos a la obra para aprovechar al máximo al ilustre visitante, armando una densa agenda de reuniones con los stakeholders y sobre todo con un relevamiento exhaustivo de los recursos turísticos que teníamos y que pudieran servirnos para establecer una política que sirviera para romper con la estacionalidad que nos aquejaba.
Durante diez días, desde el desayuno hasta el café luego de la cena, nos ayudó a realizar un análisis con los ojos de alguien de afuera de nuestro microclima y con el bagaje que traía a sus espaldas, donde las conclusiones tuvieron sus resultados en los cambios operados en los primeros 15 años del nuevo siglo, con distintos gobiernos y distintos actores, que fueron construyendo el Punta de Este de hoy.
Punta del Este, el típico destino sofisticado de sol y playa, favorito de las elites rioplatenses, paulistas y europeas, alejado del turismo de masas, pese a una sobrecarga a fin de año y durante los meses de enero, estaba dando los primeros pasos de su transformación con el fenómeno de las “chacras marítimas” que fueron fundamentales en el desarrollo territorial y en una tímida, pero importante desestacionalización, es ahí donde surge una de las anécdotas del viaje de Don Javier a Punta del Este.
Nuestra compañera de directiva la socióloga Isabel Viana insistía en mostrar los fenómenos de nuestro territorio, donde coincidían núcleos de viviendas utilizadas por la mano de obra que atendía las crecientes necesidades de los turistas y las zonas que iban conformando las incipientes “chacras marítimas”, que consistían en parcelas de cinco mil a diez mil metros cuadrados, con una vivienda turística y alguna pequeña explotación agropecuaria, como olivos, vides, caballos o simplemente jardines naturales para disfrutar a unos pocos kilómetros del mar. Años después cuando promocionaba esta modalidad en Europa, decía que era la forma de “pasar del caballo a jet ski en diez minutos”, el sueño de la vida de campo al lado del mar.
Luego de recorrer por tierra gran parte del Departamento de Maldonado, Isabel decretó que había que verlo desde el aire y como en ese momento ante la urgencia de aprovechar los días de Don Javier, y no disponiendo de un helicóptero, conseguimos un pequeño avión de instrucción que a los efectos podía servir.
En ese momento el aeropuerto internacional de Laguna del Sauce estaba en plena etapa de construcción de sus nuevas y fantásticas instalaciones, dotándolo de una nueva pista y una terminal super moderna diseñada por Carlos Ott.
En un día fantástico, despegaron el piloto, Isabel y Don Javier quedándome en tierra pues no había más lugar en el pequeño aparato. Durante la duración de vuelo, una hora aproximadamente, (la nueva pista 08-26 estaba en construcción) en la vieja pista 01-19 de 1.600 metros, llamada en la jerga de los pilotos “el portaviones” por tener en una de sus cabeceras la Laguna del Sauce y en la otra el mar, estaban instalando en su cabecera 01 los nuevos sistemas de iluminación, haciendo para ello una pequeña zanja donde pasar los cables.
Esta novedad, o no fue notificada por no esperar ningún vuelo a esa hora, y la obra duraría sólo unos minutos, o simplemente no se consultó el NOTAM, resultando que, al aterrizar Don Javier el tren de aterrizaje mordió la zanja, desprendiéndose, terminando sobre el pasto al lado de la pista, con una considerable nube de tierra.
Desde la torre me autorizaron a ir a buscarlo a la cabecera con mi auto (yo en esa época trabajaba en una compañía aérea que operaba en Laguna del Sauce) y Don Javier, pasado el susto me dice, “con razón no te subiste, ¡¡¡me querías matar!!!”, todavía recuerdo las bromas y chanzas que nos cruzamos esa noche recordando el episodio, que de inmediato tuvo repercusión oficial, ignorando si hubo alguna sanción o quedó en el olvido.
La otra anécdota divertida, fue cuando hicimos el relevamiento de toda la hotelería de 3, 4 y 5 estrellas, para evaluar sus posibilidades durante la temporada baja de invierno, durante el cual conoció al hotelero y compañero de mil aventuras Luisito De María, personaje inolvidable, que se encontraba convaleciente de una operación en los ojos y se había puesto unas “ridículas” gafas que sólo el con su fuerte personalidad podía hacerlo. Don Javier quedó fascinado con la sinceridad de Luisito y juntos discutimos sobre nuestras fortalezas y debilidades para encarar la ansiada desestacionalización.
La extraordinaria experiencia de haber conocido a Don Javier me sirvió años después para encarar en el seno de la OMT el proyecto “Punta del Este 365” donde planteamos una hoja de ruta para desestacionalizar Punta del Este.
La trayectoria de Javier Gómez Navarro es inmensa y llena de hitos del turismo español, poseedor de la mayor biblioteca privada de libros sobre turismo y de viajes de españoles por el mundo, ministro de Comercio y Turismo del gobierno de Felipe González, (cuando el PSOE era un partido de estado que, aunque no estuvieras de acuerdo con ellos, podías confiar en su palabra), presidente del Consejo Superior de Deportes, siendo una de las figuras claves en las Olimpíadas del 92 de la “españolísima” Barcelona, fundador de la revista Viajar, patrono de la Fundación Ortega y Gasset, presidente-director de Viajes Marsans, conferencista, empresario en valoración de activos, profesor, presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, miembro de la Junta Rectora de IFEMA, miembro del Consejo de Administración de la Asociación de Tour Operadores de España, entre otros.
Admirado Don Javier nunca te olvidaremos, descansa en paz.
Portal de América
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