por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
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Nadie, ningún medio, excepto el PDA tuvo la más mínima idea de la pobrísima gestión de Cardoso en lo eminentemente turístico,por lo tanto, obviamente, todos toman como causa de su salida directamente el escándalo de las escuchas en el procesamiento del funcionario policial y ahora la denuncia de Pérez Banchero, el ex Director Nacional de Turismo cesado.
Una de las tantas preguntas que faltaron en la comparecencia de Cardoso ante los medios fue: si solo fue una discusión entre dos personas y si la otra persona era subalterna suya, ¿por qué renunció? y la otra fue si pensaba renunciar a sus fueros o no.
¿Es que a nadie (incluido el Presidente Lacalle Pou y sus colaboradores directos se les ocurrió preguntar como nosotros sugerimos el 28 de mayo pasado en Maldonado, acerca de Cardoso?
En la entrevista que le realizamos, el colega Carlos Peláez señala claramente que su designación cayó muy mal en su propio departamento, precisamente porque lo conocían y sabían que no tenía ni las condiciones ni el prestigio necesario para ese cargo. Pero además Peláez hace un relato lapidario acerca del entorno del ex Ministro de Turismo, el mismo entorno que no tuvo reparos en insertarlo en el mismísimo MINTUR. De todos modos, ya está, Cardoso ya fue y de algún modo era la crónica de una muerte anunciada, en este caso, por nuestra parte desde hace meses.
¿Quién viene?
Como ya lo dijimos también antes que todos, quien cuenta con más chance es Tabaré Viera. Los otros nombres y por orden de posibilidades son Marne Osorio; Germán Coutinho y Guzmán Acosta y Lara. Son poco creíbles y provocan incredulidad las causas reales por las cuales aún no se sabe quien será el próximo ministro. En ningún caso se trata de idoneidad o falta de ella, simplemente se reduce a cuota política y a reparto de cargos dentro del Partido Colorado, socio de la coalición gobernante.
Remo Monzeglio
Se "inmoló" en defensa de Cardoso en todo momento, inclusive el propio viernes 20 desde Rocha, cuando a su jefe le estaban obligando en Montevideo a que renunciara.
Éticamente, alguien que ingresa con un Ministro al cargo de Subsecretario, al renunciar su superior, debe acompañarlo de inmediato, máxime teniendo en cuenta su declarada convicción acerca de los aciertos del ahora ex ministro. Por lo tanto sería de orden que se vaya con él. No ha sido así, y ello causa extrañeza en los ámbitos empresariales del sector. Hay quienes señalan que la causa de su permanencia obedece a que Lacalle Pou tiene en todo el Gabinete, en cada cartera, a alguien de su confianza en el triunvirato jerárquico.
Bueno, a juzgar por los motivos por los cuales Cardoso es renunciado, fallaron los controles internos de confianza presidencial también, ¿verdad?.
Martín Pérez Banchero
¿Qué va a pasar con él?. Todo indica (el cese de Cardoso es muestra contundente), que hizo lo correcto. Quien lo cesó en su cargo es su denunciado, a la vez cesado por esa denuncia, entonces cabe preguntarse si el ex Director Nacional de Turismo debe ser castigado por hacer lo correcto, y la respuesta es una sola, absolutamente no.
Roque Baudean
El designado Director Nacional de Turismo en sustitución de Pérez Banchero, como ya lo expresamos en reciente artículo de este mismo espacio, es de los pocos actores politicos y a la vez profesionales del turismo uruguayo que puede cumplir a cabalidad ese cargo. Debería ser ratificado.
Ignacio Curbelo
El Director General de Secretaría desde el primer momento se puso al hombro su trabajo y lo cumplió con dedicación, esmero e idoneidad profesional. Nos consta que hasta hace muy poco tiempo, "el 1-2" jerárquico no le daba mucha cabida en las decisiones. Por la experiencia ganada hasta ahora en el tipo de función que cumple, sería recomendable su continuidad.
N. de R.: Quienes conocen el tipo de relacionamiento que tenemos con la mayoría de los involucrados mencionados, serán quienes puedan juzgar sin dudarlo la ecuanimidad e independencia de nuestras opiniones respecto a cada uno de ellos. Una vez más, como cada noche, apoyaremos la cabeza con absoluta tranquilidad de conciencia en nuestra almohada.