por Sergio Antonio Herrera, desde Punta del Este
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En setiembre de 2020 informábamos que una empresa panameña de inversiones que tenía acciones en Pluna había iniciado el 23 de mayo anterior, los trámites para iniciar un juicio internacional al Estado uruguayo de 800 millones de dólares a través del CIADI por considerarlo responsable del cierre de la ex aerolínea de bandera. Agregamos que Caballero Verde (así se llama la empresa), tomó el control de Latin American Regional Aviation Holding Corp, LARAH, la firma a través de la cual LeadGate compró en 2007 el 75% de Pluna SA. Los propietarios de LARAH eran CHORUS Aviation, razón social de la canadiense Jazz Airlines (el mayor inversor en Pluna); Matías Campiani; Arturo Älvarez Demalde y Sebastián Hirsch, más otros inversores internacionales. Caballero Verde compró las acciones de cada parte para iniciar la demanda en el marco del tratado de protección y promoción recíproca de inversiones que rige entre Panamá y Uruguay. No hubo acuerdo entre Caballero Verde y Uruguay y el arbitraje del CIADI, Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas e Inversiones del Banco Mundial solicitado, tomó cuerpo y el CIADI conformó un tribunal integrado por el francés Alexis Mourre (presidente), el colombiano Eduardo Zuleta y el mexicano Eduardo Siqueiros.
Uruguay contrató para su defensa al estudio Foley Hoag, de Washington DC, el mismo que defendió al Estado –y lo hizo ganar– en los juicios presentados por la empresa minera Aratirí y la tabacalera Philip Morris –litigio que también se resolvió ante el Ciadi–. En representación de la compañía demandante estuvieron Freshfields Bruckhaus Deringer, de la ciudad de Nueva York, el estudio uruguayo Ferrere y el Dechamps International Law, con sede en Londres y Buenos Aires.
Más tarde o más temprano finalmente todos los uruguayos sabremos que fue lo que pasó finalmente hace casi doce años, ya que aunque cueste creerlo, la justicia uruguaya aún no ha emitido una sentencia acerca de la denuncia penal presentada por el senador nacionalista Carlos Moreira y todos sus compañeros de bancada de aquel momento, contra Campiani, Álvarez Demalde y Hirsch por vaciamiento de empresa (también se tipificó estafa, en base a la absurda denuncia por cheques sin fondo de Raúl Sendic lo cual quedó demostrado que no existió), por la cual los tres, estuvieron presos en Campanero.
Cuando surgió la primera noticia acerca de la posibilidad de este juicio, acción que nosotros esperábamos sucediese desde la desvinculación forzada de Campiani y sus socios y posterior prisión, nosotros nos comunicamos con el exCEO de Pluna ya radicado en Miami y en esa charla, la última hasta el momento, nos aseguró que no quería saber más nada con el tema y que habían vendido la empresa y por tanto, el derecho a juicio.
Cuando a Campiani y sus socios, el por entonces ministro de Economía Fernando Lorenzo (posteriormente procesado por abuso de funciones), el 15 de junio de 2012 obligó a entregar las acciones bajo violenta amenaza verbal, los por entonces directores de Pluna SA no tenían la menor intención de salir de la empresa y tenían confianza de sortear la difícil situación económico-financiera del momento.
La determinación tomada apenas veinte días después de quedarse con el 100% de las acciones, por parte del gobierno de José Mujica, con el propio Lorenzo y el Ministro de Transporte del momento Enrique Pintado, de laderos, de cerrar PLuna, fue increíble.
Mataron una empresa con 13 aviones nuevos, que volaba a 15 destinos, la cual había triplicado sus ventas, quintuplicado su facturación y empleaba a casi mil personas directamente y a más de cinco mil indirectamente.
Esa empresa el año anterior le había reportado a la economía uruguay más de 250 millones de dólares y aunque suene insólito, el motivo del cierre fue porque quizás, al presentar el balance de ese 2012, podría haber llegado a perder veinte millones de dólares.
Claro, para darle color a la decisión se barajó con total descaro "la posibilidad de un juicio de exfuncionarios de Varig por 3500 millones de dólares".
Se viene la segunda parte del libro, hay mucho tarro para destapar.
Portal de América
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me gustaría si alguien pudiese contestarme por privado.